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El Estado tapará la mitad del «agujero»

Las cajas que saldrán a Bolsa rebajan a 10.875 millones las necesidades de capital

MONCHO VELOSO

Las ocho cajas que no llegan al mínimo de capital básico exigido por el Banco de España trabajan para evitar la entrada del Estado en su capital. Cuando la nacionalización es un estigma, la salida a Bolsa pasa por ser la vía de escape. Sin embargo, sólo tres de los ocho grupos de cajas en la «lista negra» de Miguel Ángel Fernández Ordóñez parecen tener todo a favor para salir al mercado. De lograrlo, reducirían de 15.152 a 10.875,2 millones de euros las necesidades de capital del sistema financiero, pues al cotizar se les exigiría un 8% de capital básico y no un 10%. Como fuere, al menos 6.000 millones se cubrirán con dinero público.

Bankia, el SIP encabezado por Caja Madrid y Bancaja, ya aprobó el pasado 17 de febrero todos los trámites necesarios para salir a Bolsa. Su intención es hacerlo en verano, cuatro meses antes de lo previsto. La entidad, presidida por Rodrigo Rato, dio un empujón a su transformación en banco quizá para despejar cualquier duda. Sus necesidades de capital adicional son las mayores del sector: 5.575 millones para alcanzar el 10% de «core capital» que le exige la nueva norma del Gobierno. Pero de culminar su salida al mercado, esas necesidades se reducirían a 1.795 millones, cifra que el banco confía en colocar entre inversores privados.

Es la misma estrategia de Mare Nostrum. El grupo compuesto por las viejas cajas Murcia, Penedés, Sa Nostra y Granada avanza con paso cada vez más firme hacia su cotización. Al Banco de España le ha transmitido que su intención es salir al mercado y reducir de 637 a 509,6 millones sus necesidades. Como Bankia, Mare Nostrum distribuirá esa cifra entre inversores privados dispuestos a entrar en su capital.

Banca Cívica —Cajasol y las cajas de Navarra, Burgos, Guadalajara y Canarias— es la tercera entidad empeñada en salir al mercado para reducir las exigencias de capital básico de 847 a 677,6 millones de euros. Su primera idea siempre ha sido sacar a Bolsa hasta un 40% de su capital. Todo indica que así será a no ser que prosperen sus contactos con Unnim —Sabadell, Tarrasa y Manlleu—, que ya recibió 380 millones del FROB en 2010 y tiene apalabrada la inyección de otros 200. En ese caso, la estrategia final de Banca Cívica, con respecto a sus planes originales, tendría que reajustarse.

No a cualquier precio

Quedarían en el sistema 10.875,2 millones por cubrir. Los planes presentados por el resto de cajas hasta ayer al Banco de España, que había puesto como fecha límite el 28 de marzo, dejan claro que la inyección de dinero público será insalvable.

Quizá porque el acuerdo con inversores privados está complicado. Ante las prisas desatadas por el decreto de recapitalización y la urgencia con que las entidades se enfrentan a él, los inversores han visto una oportunidad para comprar a precio de saldo. Pero las cajas no están dispuestas a malvender. Así, cuatro de ellas han sucumbido ya a la opción de ser nacionalizadas de forma parcial y temporal. Novacaixagalicia, CatalunyaCaixa, Banco Base y Unnim pedirán al menos 6.000 millones al FROB.

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