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Banca Base se resquebraja por la tensión entre Cajastur y CAM

La caja asturiana quiere que su socia alicantina pierda peso en la unión por su alta morosidad

Banca Base se resquebraja por la tensión entre Cajastur y CAM

D. MARTÍNEZ

La «fusión fría» entre Caja Mediterráneo (CAM), Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura vuelve a tensarse. Tanto, que ayer muchos no dudaban en dar por roto el proceso de integración, un extremo negado con insistencia por parte de fuentes oficiales de la caja alicantina.

El Sistema Institucional de Protección (SIP) ya estuvo a punto de naufragar en sus primeros compases, por las reticencias de la CAM a ceder plenos poderes al presidente de Cajastur, Manuel Menéndez —consejero delegado del nuevo banco, con el nombre provisional de «Banco Base»—. La amenaza de una intervención en la caja alicantina por parte del Banco de España si no cerraba la fusión cerró entonces el debate.

En esta ocasión, a falta de una semana para que el proceso culmine con la ratificación de la segregación de activos y pasivos al nuevo banco por parte de las asambleas generales de las cajas, las diferencias se centran en el reparto del peso específico de cada caja en el consejo del SIP. Los socios de CAM consideran que el índice de mora de la entidad alicantina (un 8,7%) y su exposición al «ladrillo» justifican que su peso en el futuro banco se reduzca considerablemente. Especialmente, si se acude al FROB y hay que hacer hueco a consejeros designados por el Banco de España. De esta forma, los socios de CAM calculan que, para que el SIP siga siendo un proyecto «coherente», el peso de la caja alicantina en el consejo de administración debería ser del 27%, de forma que Cajastur fuera el socio mayoritario.

CAM no se da por aludida

El interés de las otras cajas por reducir el peso de CAM en el Banco Base —pese a que la entidad alicantina aporta la mayoría de los activos— no variaría incluso si la entidad resultante acude a Bolsa en lugar de al FROB para obtener financiación, según las fuentes consultadas.

Desde CAM, en cualquier caso, negaron que el acuerdo se vaya a romper, y se remitieron a la asamblea del día 30, que debe ratificar la segregación del negocio de la entidad al Banco Base. Las mismas fuentes explicaron que todos los departamentos implicados en el proceso seguían ayer trabajando según la agenda marcada para culminar el SIP.

En CAM, en cualquier caso, no han caído nada bien las insinuaciones sobre su falta de solvencia. La caja alicantina considera que el reparto de poder debe respetar su mayor tamaño —era la cuarta caja de España antes de que se acometiese la reordenación del sistema financiero—. De hecho, algunos consejeros consideran que, llegado el caso, «una intervención del Banco de España no sería peor que un papel testimonial en el SIP».

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