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Columnas / EL RECUADRO

¿Dónde están ahora?

¿Es que los que nos meten en guerras ajenas ya no son «asesinos»? ¿Es que la guerra ahora es lo más progresista?

Día 20/03/2011

ME he puesto lírico con la Superluna que ha motivado la desusada marea vacía que ha dejado ver, como el escaparate de una joyería, las más hermosas piedras preciosas de los bajos de la Caleta gaditana. Y, por no salir del Cádiz que ayer celebró el cumpleaños ya casi bicentenario de La Pepa, con las bombas que tiran (sobre Bengasi) los fanfarrones de ese sátrapa que tiene cara de maricona vieja degenerada, o séase, Gadafi, y con el súbito ardor guerrero que le ha entrado a ZP al ofrecer a eso tan etéreo que es la llamada Comunidad Internacional las bases de Rota y Morón contra las que tanto protestaban los progres profesionales del antimilitarismo, así como cuantos efectivos humanos y materiales de la Armada y del Ejército del Aire sean necesarios, me he acordado de una vieja, cadenciosa canción sudamericana que escribieron Demetrio Ortiz y Zulema Merkin, y que usted recordará cantada por Julio Iglesias o por el Trío Los Panchos.

La canción se llama «Recuerdos de Ypacaraí» y va de cosa guaraní. El lago azul de Ypacaraí rima con una voz guaraní que luego verán que da mucho juego: «cuñataí», que significa «mi amor». De todo tiene la culpa «la noche hermosa de plenilunio» que dice la letra de esa canción. Y es que el recuerdo de otras guerras con foto de las Azores; la evocación del esplendor de gloria de otros días en que llamaban «asesinos» a los diputados del PP; la remembranza de aquellas ardorosas jornadas en que los más progresistas pechos de la nación se cubrían con la pegatina del «No a la guerra», me ha hecho acordarme del estribillo de tal canción, que dice:

«¿Dónde estás ahora, cuñataí,

que tu suave canto no llega a mí?

¿Dónde estás ahora? Mi ser te añora

con frenesí.»

Y como si estuviéramos en los «ubi sunt» de las coplas de Jorge Manrique, me pregunto en la noche hermosa del plenilunio: ¿de las manifestaciones antibelicistas de los subvencionados artistas del Sindicato del Pesebre, que se fizo? ¿Do están ahora, mi amor, los que protestaban contra la guerra de Irak en la ceremonia de entrega de los premios Goya (sin premio)? ¿En qué humanitaria campaña de apoyo a las víctimas inocentes y contra los daños colaterales están ahora ocupados Javier Bardem y la madre que lo parió, y muy especialmente la madre que lo parió? ¿Dónde está la Academia del Cine protestando contra la inadmisible injerencia hispano-norteamericana en los asuntos internos de Libia, hasta ayer por la mañana ejemplo de los logros de la revolución? ¿Dónde está ahora la más que necesaria voz del Gran Wyoming, que tanto echamos de menos los que seguimos las divinas enseñanzas de sus civiles prédicas como norte y guía de la ética y faro refulgente de la moral? ¿Por qué Almodóvar ya no denuncia conjuras? ¿Es que los que nos meten en guerras ajenas ya no son «asesinos»? ¿Es que los presidentes que literalmente se apuntan a un bombardeo son distintos con Gadafi que con Sadam? ¿Es que la guerra ahora es lo más progresista que se despacha? ¿Dónde está la necesaria nueva foto de las Azores con ZP, Sarkozy y Obama?

¡Las vueltas que da el mundo! Si cuando lo de Irak te ponías la pegata del «No a la guerra», eras más progre que el recién difunto Oriol Regás el de Bocaccio, pura Izquierda Caviar y Visa Oro. Si ahora te pones esa misma pegata del «No a la guerra», qué pedazo de facha estás hecho, so mamón.

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