¿Puede Japón apagar la Alemania nuclear?
Analistas citados por la televisión pública ARD piensan que nuevas exigencias a las nucleares pueden suponer «el fin de la era atómica en Alemania»
Pánico, severidad y elecciones pueden alterar la estrategia energética de Alemania, según anticipan algunos expertos de la constelación adversa constituida en torno al gobierno de la primera potencia europea.
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El giro dado por el gobierno de Angela Merkel , en consonancia con la sensibilidad antinuclear alemana y la trágica concatenación en la central japonesa de Fukushima , estipulan una severidad en las normas de seguridad para las plantas nucleares que pueden adelantar en varios años el fin de la era nuclear nuclear en Alemania.
Se sugiere que las nuevas normas acabarán con la rentabilidad de la nuclear
Un documento de trabajo del gobierno, anticipado por la emisión Kontraste de la primera cadena alemana, sugiere que las nuevas normas e inversiones exigidas acabarán con la rentabilidad de la energía nuclear, anticipando por tanto el apagón nuclear, si inicialmente previsto para 2021, actualmente retrasado hasta 2035 aunque sujeto en estos momentos a una moratoria de estudio.
Según emitió anoche la televisión pública ARD , el documento secreto habría sido determinante para establecer la moratoria de tres meses, sobre la ley que hace 6 meses prolongó el funcionamiento de las centrales, y la consiguiente orden de cerrar las siete plantas más antiguas, construídas antes de 1980. Pero la normativa sería tan estricta, según quienes han tenido acceso a ella, que probablemente no resultarán rentables ni los reactores más modernos en funcionamiento.
Ninguna de las centrales alemanas cumple con los nuevos criterios que habría
La exigencia de «aplicación inmediata» y al «máximo nivel científico y técnico conocido» de reglamentos que contemplan la eventualidad de graves inundaciones, terremotos, cortes eléctricos y hasta la posibilidad de que un avión se estrelle contra una central, pretende blindar absolutamente la seguridad de las plantas atómicas, incluyendo la protección de los sistemas de alimentación eléctrica de emergencia o las conducciones de líquidos.
Según la investigación de «Kontraste» ninguna de las centrales nucleares alemanas cumple estos criterios y el antiguo responsable de la seguridad nuclear, en el Ministerio de Medio Ambiente, Wolfgang Renneberg , reconoce que «unas exigencias así de consecuentes son desconocidas hasta ahora».
Aún más, su aplicación resultaría tan costosa que a las operadoras energéticas no les quedaría otra opción que el cierre de las plantas. Renneberg acusa a los actuales responsables de Medio Ambiente de haber hecho «todo lo posible para no hacer exigibles las mas novedosas medidas de seguridad».
Las espadas nucleares están en todo lo alto con la nueva política de Merkel
La filtración del informe no parece inocente y demuestra que las espadas nucleares están en alto en Alemania, como quizá no lo han estado desde que hace una década el gobierno rojo-verde decretó el apagón a diez años vista. El giro en la novedosa política pronuclear de Angela Merkel ha convertido el viejo pánico atómico en asunto electoral central, cuando seis regiones se preparan para elecciones federadas determinantes.
La cuestión es si la rectificación será valorada, por el votante culturalmente adverso a lo nuclear, o castigada por electoralista y las primeras respuestas se verán este domingo en Sajonia-Anhalt y el próximo en Baden y Württemberg y Renania-Palatinado. La oposición del SPD y Los Verdes no oculta su deseo de convertir las urnas en plebiscito antinuclear.
«Las elecciones decidirán si la era atómica en Alemania llega a su fin»
«Las elecciones decidirán si la era atómica en Alemania llegará a su fin definitivo», ha dicho el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, en un acto electoral, mientras el copresidente parlamentario de Los Verdes, Jürgen Trittin , promete forzar con las urnas la corrección del «error histórico» de la prolongación de la vida de las centrales.
Gabriel avisa de que, pese a la posible desconexión definitiva de los siete reactores parados, los consorcios podrían traspasar el tiempo de vida que les quedaba a otros reactores, si no se cambia la ley, «con lo que tendríamos energía nuclear no hasta 2035 sino hasta 2040».
La batalla por el estado federado de Baden y Württenberg se antoja épica por cuanto, siendo bastión tradicional de la Unión Democristiana (CDU) de Merkel, también es la cuna de Los Verdes , donde por primera vez en 1980 pisaron un parlamento, a caballo de una campaña antinuclear ; y hay encuestas y electores que sueñan ya con la posibilidad de un jefe de gobierno verde en Stuttgart a final de marzo.
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