El sistema de rastreo antipiratas de Egeda, clave en la detención de Manuel Sirgo
Primero fue «Ágora» y ahora «Ispanski». El método otorga un código personal a cada copia y ahora es imposible borrarlo
No es la primera vez que ocurre. De hecho, ya pillaron a los presuntos piratas de «Ágora», el filme de Amenábar, que también fueron detenidos en su día y cuyo juicio está a punto de celebrarse, casi dos años después. Por eso existe un servicio de protección de las películas durante su estreno y en los días previos.
Pero la detención de Manuel Sirgo tiene ribetes distintos. El cineasta acabó pasando el día en Comisaría por la aparición de una copia pirata de «Ispanski» antes de llegar a las salas. Y ha sido consecuencia de una denuncia de Egeda, la entidad de derechos de autor audiovisuales.
Días antes de su estreno, realizaron las búsquedas rutinarias y detectaron una copia pirata en un blog . Presentaron la denuncia ante la Policía y hoy les ha pillado tan de sorpresa como a los demás la detención de un miembro de la Academia de Cine y dos de sus empleados como presuntos responsables del delito. «¡Coño, un académico!» exclamaron al saberlo, pero luego expresan que «a Egeda le da igual que el culpable sea carnicero, cartero o académico. El caso es que pague su falta» .
Desde Egeda explican que las películas se cuelgan encriptadas en una web y se le da un código personalizado a cada académico. Utilizando esas claves pueden visionar la película en «streaming», pero el archivo además lleva el código instertado al principio y al final.
El sistema está pensado para impedir la copia ilegal, pero si alguien la hace está diseñado para que se le pille. Aunque se borre el código de acceso de la pantalla permanecerá en el archivo. Pero Egeda está mejorando el sistema y pronto la clave estará insertada de manera muy rápida en fotogramas a lo largo de toda la proyección . Será virtualmente imposible de eliminar.
El rastro del código hasta el ordenador
«Está claro que la policía habrá encontrado a los responsables gracias al código y de esa manera ha llegado hasta el ordenador desde el que se subió la película a la red», afirma Fernando González, de Egeda. Lo que valora la entidad es el hecho de que la clave otorgada al académico debe ser custodiada con responsabilidad para no incurrir en delitos de violación de secreto, tipificado en el Código Penal, sea la negligencia del propio académico o de sus empleados.
En el caso de la copia pirata de «Ágora», cuyo juicio esta a punto de salir, la fuente fue un distribuidor. Pero el sistema es muy bueno, lo han adoptado las mejores academias del mundo, y ha permitido pillar a los responsables.
¿Y la ley Sinde? Egeda está deseando que entre en vigor. Para la entidad está claro que con la intervención del juez se vela por los derechos fundamentales y se cumple la ley de protección de datos: «No es lo mismo el ilícito civil de compartir archivos en "peer to peer" que hallar la fuente y la i.p.del primero que la subió, que comete un delito, máxime si la película no se ha estrenado», asevera González.
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