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Un reactor gravemente dañado

Aumenta el temor a la magnitud de la destrucción y daños económicos causados por la catástrofe

Un reactor gravemente dañado REUTERS

ABC

En la central nuclear de Fukushima saltaron anoche todas las alarmas. Las autoridades japonesas han declarado el estado de máxima alerta nuclear, y aunque en un principio las autoridad lanzaron mensajes tranquilizadores, al final el ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, admitía que la planta podría sufrir una pequeña fuga de radiación. «Estamos haciendo todo lo posible» , afirmaba Kaieda. Poco antes, en el reactor número uno de la central nuclear había subido alarmantemente la presión con el consiguiente riesgo de escape radiactivo. Un nivel mil veces superior al normal era detectado en la sala de control de la central, según informaba la agencia Kyodo que citaba como fuente una comisión de seguridad. Asimismo, se ha detenido el sistema que enfría el reactor . Las autoridades se vieron obligadas a soltar una ligera cantidad de vapor radioactivo —no es nocivo para la salud— para provocar el enfriamiento del sistema.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, declaró máxima alerta para que las autoridades puedan aplicar fácilmente las medidas de ayuda y pidió a los miles de residentes de la zona que la evacuaran en un radio de acción de diez kilómetros, en previsión de una eventual fuga radiactiva. Como muestra de la gravedad de la situación, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, afirmó que se han enviado de inmediato aviones estadounidenses con material de enfriamient o para evitar que la temperatura siga subiendo peligrosamente.

Los expertos afirman que el riesgo de fuga nuclear podría ser elevado si los niveles de agua siguieran cayendo al tiempo que continúa subiendo la temperatura . Aunque éste es un proceso que ocurre muy paulatinamente. Se trata por tanto de una carrera contrarreloj la emprendida por quienes acuden con material de enfriamiento frente al deterioro del reactor.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) informó que las cuatro centrales nucleares japonesas más próximas al lugar donde se ha producido el seísmo han sido cerradas . Un incendio se declaró en un edificio que contiene la turbina de la central de Onagawa, en la prefectura de Miyagi, según informó la empresa que la gestiona, la Compañía de Energía Eléctrica Tohoku, que no ha detectado indicios de fugas radiactivas. Mientras, en la planta de Kashiwazaki-Kariwa y en la de Onagawa, se ha salido agua de las piscinas que contienen las barras de combustible.

Daños a la industria

Los daños a la economía japonesa se calculan cuantiosos. Pero ayer el terremoto golpeó la cotización del petróleo y algunos mercados bursátiles . Sin embargo, el yen demostró ayer ser más fuerte que el seísmo. La noticia del terremoto empujó a la baja los mercados e hizo descender el precio del petróleo por debajo de los cien dólares. Pero el yen resistió prácticamente incólume. Su estatus de «moneda reserva» en el comercio internacional le hizo recuperarse tras las primeras sacudidas.

No obstante, los daños causados a la industria y a la economía se calculan cuantiosos. Y la cotización del petróleo fue el baremo que así lo constató. Japón es el tercer principal importador de crudo. Los mercados contaban con un fuerte efecto paralizador del seísmo sobre la economía nipona , cuando el precio del petróleo descendió por debajo de los cien dólares el barril. El terremoto de Kobe, de 1995, causó unos daños económicos de 100.000 millones de dólares, los más cuantiosos de la historia.

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