Desde entonces, este médico forense de profesión no ha dado puntada sin hilo abonando la que parece ser poca simpatía mutua con el presidente del Gobierno. A él le pide encarecidamente que dibuje ya su futuro para que el debate de la política nacional no enturbie ni tape las propuestas autonómicas y municipales para la importante cita con las urnas. El presidente extremeño es consciente de que la suya es una de las comunidades talismán para los socialistas cuyo poder podría mantenerse incólume tras los comicios. El "barón" de este feudo no ha dejado en estos últimos meses, con más ímpetu si cabe a medida que nos acercamos a mayo, de manifestarse como "rubalcabista" y de mantenerse alejado de un mandato -de crisis y paro- que le podría pasar factura como "presidenciable".
«España está preparada, hay que ver si los demás lo están», parafraseó a Guerra
A renglón seguido, en una entrevista publicada el pasado domingo por "El Mundo", el mandatario autonómico se retractaba parcialmente y apuntaba a que "sus aspiraciones se han visto colmadas" como presidente de la Junta de Extremadura. Pero la duda ya está en el aire. Y su nombre cobra más protagonismo a medida que pasan las horas y ganan presencia sus declaraciones mediáticas.
Conexión díscola Madrid-Toledo-Badajoz
Vara forma junto con su homólogo de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el candidato a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, el triunvirato "díscolo" con la línea y la gestión sostenidas esta legislatura por José Luis Rodríguez Zapatero. Para los tres, como se han encargado de decir abiertamente, la "margarita" que deshoja a la luz pública el jefe del Ejecutivo -"me quedo, me voy"- no es tal y confían en que haya un proceso de primarias que dilucide el hombre o mujer que coge el testigo en el PSOE. Unos, como Vara, esperan que Zapatero comunique cuanto antes su decisión de irse para que no influya en las generales y para que su heredero se ponga cuanto antes a trabajar para optar a la victoria en las generales de 2012. Otros, como Barreda, han abundado en que "ocho años son suficientes", aunque tampoco se han posicionado tan claramente como Vara con otros candidatos. Por ello, el castellano-manchego ha anunciado que a su proclamación como candidato no acudirán ni Rubalcaba ni Zapatero, para no "alimentar la polémica sobre Zapatero sí, Zapatero no". Guiño o "pisotón" a su homólogo extremeño, cuya proclamación el pasado 20 de febrero dio mucho que hablar, al acudir solamente el ministro del Interior y contar con dos ausencias (o desplantes) notorias: la de su antecesor, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y la del secretario general de su partido, el propio José Luis Rodríguez Zapatero.
Dardos de Barreda, la oposición, Ibarra...
Además del sutil dardo de Barreda, al mandatario extremeño le han llovido críticas por sus declaraciones en las que se postuló como presidenciable. No tardó en hacerlo su rival las próximas elecciones, el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, quien acusó a Vara de tener como prioridad la sucesión de Zapatero antes que solucionar problemas como el paro en su región.
También el ex presidente Ibarra censuró pocas horas después de escucharle que "haya dirigentes del PSOE que estén más preocupados por la cuestión de la sucesión" que por asegurarse de que sus medidas den frutos. "Más que intentar presionar para que se vaya o para que anuncie el cuándo, es obligación de los que tienen algunas responsabilidad institucional y partidaria tratar de influir para que las decisiones que se adopten por él y su equipo no vayan en contra de lo que desentona con las ideas socialdemócratas", escribió en un artículo de opinión publicado en el rotativo de Prisa. Y añadió otra crítica: "No es posible señalar a un solo presidente autonómico que haya discrepado en público o en privado de lo que se ha hecho hasta ahora por el presidente del Gobierno" y, en cambio, su "única preocupación" sea "obligarle a decidir su futuro político. ¿Por qué no nos cuentan ellos cuál será el suyo?".
Vara ha coleccionado un rosario de críticas tras manifestar sus aspiraciones
Vara le respondió reafirmándose: "El candidato del Partido Socialista será quien digan sus militantes. España está preparada para un presidente extremeño o una presidenta catalana o de cualquier sitio". Y parafraseó a Alfonso Guerra cuando decía aquello de "ahora lo que hay que saber es si los demás están preparados".












