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Natalie Portman: «No sé si la maternidad cambiará el tipo de personajes que elija»

La intérprete ha conseguido el Oscar a la Mejor Actriz por su papel en «Cisne negro»

Natalie Portman: «No sé si la maternidad cambiará el tipo de personajes que elija» REUTERS

FABIÁN W. WAINTAL

Las probabilidades la favorecían. Habiendo ganado el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores, Natalie Portman ya había sido señalada como la gran favorita al Oscar como Mejor Actriz. De nada valía que tuviera enfrente a otras grandes como Annette Bening y Nicole Kidman. Pero cuando Jeff Bridges abrió el dorado sobre sellado, igual estalló la emoción en el Teatro Kodak. Y ahí mismo estuvimos, hablando sobre el éxito personal y de un embarazo que llega como el mejor regalo de la fama, viviendo increíbles paralelismos entre la realidad y la ficción de la película «Cisne negro».

—La última vez que nos vimos, en Toronto, le pregunté si ganar el Oscar era como un sueño disparatado. ¿Ahora que lo ganó, cómo se siente?

—Sí, ahora mismo es como un sueño, como si no supiera dónde estoy.

—¿Por qué cree que ha gusta tanto su interpretación?

—Supongo que la gente realmente se emociona con la pasión con la que mi personaje vive su trabajo de bailarina. Y también creo que a los espectadores les gusta ver cómo alguien crece, cómo pasa de ser una jovencita que hace lo que le dicen hasta que llega a alcanzar el placer de realizar sus propios deseos.

—¿Cómo recuerda aquel rodaje? ¿La película aparecía constantemente en sus sueños?

—Cuando estaba trabajando, sí. Las jornadas eran muy largas y apenas dormía cinco horas. Había demasiada preparación, demasiado entrenamiento, y no tenía mucho tiempo para pensar lo que sucedía. Terminaba tan cansada que literalmente caía en la cama, me levantaba solamente para volver al estudio. También creo que ese ritmo me ayudó a mantener la concentración en mi personaje. Mi estado de ánimo durante toda la película fue demasiado intenso, y esa intensidad la mantuve mucho más de lo habitual.

—¿El Oscar puede cambiar el futuro? ¿Ya pensó en la presión que supondrá elegir su próxima película?

—Bueno, por ahora estoy embarazada, y ésa es mi próxima y más inmediata «presión» (risas).

—¿Sería otra locura pensar que pueda bautizar a su bebé... Oscar?

—(Le cuesta parar de reír) Creo que, definitivamente, eso es impensable, sí.

—¿El bebé no dio pataditas cuando dijeron su nombre como la gran ganadora de la noche?

—La verdad, no podría decírselo, porque no me acuerdo de lo que pasó exactamente. Pero lo que sí recuerdo es que el niño estuvo pateando durante toda la parte musical de la ceremonia. Por lo visto, tengo un pequeño bailarín en mi vientre.

De la pantalla a la vida real

Eran exactamente las ocho y diez de la noche en Los Ángeles, cuando en medio de la formalidad del Teatro Kodak, Jeff Bridges anunció a las candidatas como Mejor Actriz. Además de Nicole Kidman y Annette Bening, también estaban las más jóvenes Michelle Williams y Jennifer Lawrence. Y como pocas veces, la edad media en esta categoría ni siquiera llegaba a los 35 años. Con sus jóvenes 29, Natalie Portman incluso logró ganar el Oscar que le debían desde que sorprendió al cine, con apenas 12 años, en el rol de la jovencita Mathilda de «El profesional». No hay dudas, el Oscar se lo merece. Y el éxito profesional también tiene mucho que ver con el éxito personal. En la entrega del Globo de Oro, Natalie Portman ya había mostrado una total honestidad, cuando dio las gracias públicamente a su actual pareja, Benjamin Millepied, el coreógrafo de la película. El Oscar de Natalie también refleja los curiosos paralelismos entre la vida real y la ficción. «Cisne negro» es la historia de una estrella que se enamora del coreógrafo que la lleva al éxito, tal cual como ella ahora lo vive en la realidad.

—¿Más allá del nivel personal, profesionalmente hay cierta similitud con la relación que muestra la película entre una bailarina y el coreógrafo?

—Para resultar creíble como bailarina, tenía que confiar plenamente en Benjamin, y pensar que él sabría encontrar lo mejor para mí. La credibilidad era imprescindible, y Benjamin fue la clave absoluta de esta credibilidad, en todo momento llevó este peso sobre los hombros.

—¿Cómo se vive la gran noticia de un embarazo en medio de una entrega de premios?

—No sé... trato de sentirme feliz, que el bebé sienta paz a su alrededor.

—¿La maternidad puede llegar a cambiar el estilo de personajes que vaya a elegir de ahora en adelante?

—No tengo la menor idea. Lo mejor de estar embarazada es aceptar todo lo desconocido. Es un completo misterio y un milagro.

—Es evidente que no ha engordado demasiado con el embarazo ¿Hay alguna receta secreta?

-Nadaba todos los días, y a la vista está que los resultados han sido maravillosos.

—¿Durante el rodaje de «Cisne negro» siguió alguna rutina especial?

—Siempre hago ejercicio. Obviamente, el entrenamiento para esta película fue muy riguroso. En cada descanso del rodaje necesitaba mantenerme caliente para estar preparada con las escenas de ballet, para evitar cualquier accidente. Y por suerte, no tuve ninguna lesión seria.

—¿La mejor lección que le ha dado la película?

—Creo que aprendí lo duro que puedo llegar a trabajar. Aprendí que puedo tener una gran disciplina y que la he sabido usar para hacer mi papel de bailarina con todo el rigor y el respeto que la danza me merece. Sin duda, el ballet es un estilo de vida.

—¿Y cómo consigió la perfección de las escenas de ballet?

—Estudié ballet hasta los 12 años y lo dejé cuando debuté como actriz. Pero volví a ensayar para esta película, a los 27 años. Digamos que hubo un descanso de 15 años.

—¿Qué le diría a otros jóvenes actores que sueñan con ocupar un lugar como el tuyo?

—Nuestro trabajo tiene mucho que ver con la empatía. Se trata de imaginar la vida de otra persona por un período de tiempo, pensando las preocupaciones diarias, los gustos y los miedos. Y si cualquiera vive preocupándose por la gente de esa forma, pensando por lo que alguien pasa a diario, es el mejor entrenamiento que puede tener cualquier actor.

—¿Y sus próximos sueños y los de su bebé?

—A corto plazo, quedarme en la cama, sin tener que maquillarme o peinarme, relajamiento total. Y para mi bebé solo quiero que sea feliz y saludable, lo que desea cualquier madre. Gracias.

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