A veces, la cortesía diplomática provoca declaraciones sorprendentes. Ayer, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, no estuvo especialmente afortunada al afirmar que había «coincidido» con su colega argelino, Murad Meldeci, en que hay que respetar el derecho de los ciudadanos a «manifestar libremente sus opiniones» y en que las autoridades no deben usar la fuerza contra los manifestantes que reclaman de manera pacífica más derechos y libertades. Resulta difícil de entender esa coincidencia, teniendo en cuenta el despliegue policial que hizo hace una semana el régimen de Buteflika para evitar una concentración de argelinos, contra quienes se cargó sin contemplaciones, provocando numerosos heridos y cientos de detenidos.
Marruecos espera a Trinidad Jiménez
Trinidad Jiménez tiene pendiente desde hace tiempo realizar una visita a Marruecos, que acontecimientos como la crisis del campamento saharaui han impedido hasta ahora. La ministra quiere ir pronto, pero no podrá hacerlo hasta finales de marzo o primeros de abril. Uno de sus objetivos sería preparar la X Reunión de Alto Nivel con Marruecos, a la que se quiere dar una especial relevancia, porque se celebrará en suelo marroquí, justo cuando se van a cumplir dos décadas del Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad entre los dos países.
Sorpresiva decisión de Catherine Ashton
Algunas decisiones de Catherine Ashton, la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea siguen causando gran sorpresa en la capitales europeas, entre ellas la española. La más reciente, en pleno crecimiento de la inestabilidad en el Norte de África y los países árabes, ha sido la decisión de suprimir la dirección general del Servicio Europeo de Acción Exterior que se ocupaba de «África del Norte y Mediterráneo» y cuyos asuntos pasarán a ser llevados desde la dirección de Oriente Medio y Golfo Pérsico.
