Acoso de paracaidistas y barcos de la Navy en aguas españolas

Gibraltar sigue con su política de hostigamiento a España, mientras la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, saca de sus prioridades el diálogo con el Gobierno de Peter Caruana. Los últimos episodios de los que ha dado cuenta la Guardia Civil en varias notas informativas, a las que ha tenido acceso ABC, evidencian el acoso. El pasado día 9, guardias civiles del Servicio Marítimo de Algeciras avistaron un avión de transporte militar que sobrevolaba Gibraltar. A las 10.20 de la mañana dos paracaidistas saltaron de la aeronave y cayeron en aguas jurisdiccionales españolas. Los agentes se dirigieron a la zona por si había que rescatarlos; no fue necesario, les esperaban tres embarcaciones de la Armada británica, dos para recoger a los paracaidistas y una tercera de 17 metros de eslora. Las tres estaban a 1,8 millas de Punta Europa, es decir, en aguas españolas. La patrullera de Algeciras se dio la vuelta.

Dos días después fueron los agentes del Servicio Marítimo de Ceuta los que se «toparon» con los británicos. La patrullera española estaba haciendo unas pruebas tras una reparación con dos mecánicos civiles a bordo. Navegaba a 1,5 millas del puerto comercial de Algeciras cuando se les acercó, más bien se les pegó, según la nota, una embarcación de la Royal Navy. El oleaje y el viento impidieron la comunicación por megafonía. «La actitud de la patrullera británica fue en todo momento disuasoria para que la embarcación española abandonara la zona donde se encontraba navegando».

La Comandancia de Algeciras explica en su informe que estas dos actuaciones podrían estar relacionadas con la visita una semana antes al Peñón del ministro de Defensa británico, Nick Harvey, y un «reforzamiento del papel de la Royal Navy en las reivindicaciones sobre las aguas territoriales» que lleva a cabo el Gobierno de Caruana. De hecho, las autoridades del Peñón, según informaciones de la Guardia Civil, han pedido al Ministerio británico el aumento de la dotación de patrulleras de la Royal Navy en la zona, aunque se les ha respondido que ya hay suficientes.

Pero si en el aspecto operativo la situación no es nueva, sí lo es la campaña paralela emprendida. Según algunas fuentes, el fiscal general del Peñón estudia imputar a los guardias civiles que interceptaron a un narcotraficante en aguas españolas. Cuando estaban a punto de detenerlo (el pasado 28 de septiembre) se les echaron encima varios barcos de la Policía de Gibraltar. Ahora el fiscal quiere acusar a los agentes españoles de cómplices. No obstante, el fiscal ni siquiera ha solicitado los nombres de los guardias que estaban trabajando ese día, según ha podido saber ABC.

La Guardia Civil en su nota considera que se trata de una respuesta, una maniobra, ante la intención de un juez de San Roque (Cádiz) de cursar comisión rogatoria para que se identifique a los dos policías gibraltareños que presuntamente allanaron una vivienda en La Línea de la Concepción, sin autorización judicial, el pasado 5 de agosto. Esa actuación motivó la protesta de Exteriores y la disculpa del Gobierno de Gibraltar ante España. «Las autoridades judiciales gibraltareñas podrían haber adoptado esa medida para mantener una causa paralela que les permita adoptar una postura de fuerza».

Mientras, ayer Trinidad Jiménez, se entrevistó en Londres con el secretario del Foreign Office, William Hague, con quien dijo haber hablado brevemente sobre Gibraltar. Ante los periodistas, la ministra aseguró que la posición de España sobre el Foro Tripartido de Diálogo no ha cambiado, y expresó su confianza en que una vez superados los «obstáculos» en las áreas «más sensibles», pueda continuar todo con normalidad.