Sbaraglia: «Rodrigo Cortés juega en las primeras ligas»

PREGUNTA: ¿Cómo está Rodrigo Cortés después de los Goya? ¿Está decepcionado?

REPUESTA: Al contrario. Esperaba llevarse uno y se llevó tres, empatado con 'También la lluvia'. Creo que con estos premios se ha hecho justicia después de 'Concursante'. Rodrigo se ha tomado la revancha y era el momento porque es un 'crack'. Cuando hice su primera película ya se veía venir que este tipo iba a llegar a donde quisiera. Es un tipo brillante que ahora juega en las primeras ligas. Y una cosa muy importante: no se le va la olla. Sigue con sus convicciones, su humanidad, su tranquilidad y buscando la película que quiere.

Después de 'Concursante', vuelve a colaborar con él en 'Red Lights'. ¿Qué puede decir de su papel?

R: Es un mentalista histriónico que tiene un 'show' parecido al de los sanadores evangelistas. También estuvo preso. La historia va de estos científicos que quieren desenmascarar misterios paranormales y cuanto hay de trampa. Y poco más.

Rueda por primera vez en inglés.

R: Es verdad. Y estoy muy contento, a pesar de estar dos meses dándole sin parar. Pero bueno, con Rodrigo todo se hace muy fácil.

Comparte reparte con Robert de Niro y Sigourney Weaver ¿Ha podido hablar en el set de rodaje con el actor neoyorquino?

R: Le he visto trabajar. Impresiona verlo. He estado dos días en el rodaje, cuando a mí no me tocaba, solo para verle. Es un privilegio ver a uno de los actores que ha cambiado junto a Marlon Brando y Al Pacino la manera de actuar. Está vivo y en su mejor forma. Y es un tío muy normal.

Antes de rodar con Cortés, se embarcó en 'Sin retorno', la ópera prima de Miguel Cohan ¿Qué le enganchó del guion?

R: Me pareció excelente, crudo, con personajes buenos y contundentes que apetecían meterse en ellos para investigarlos. Luego estaba el conocimiento que tenía de Miguel tras rodar con (Marcelo) Piñeyro en 'Plata quemada' y 'Cenizas del paraíso'. No era su ayudante, sino una verdadera mano derecha real con voz y voto. Cuando leí el texto, no lo dudé. No me equivoqué. A la hora de trabajar, vi que Miguel es un director que tiene mucho que contar. Me ha aportado su mirada como director y está muy preparado.

Cohan plantea un film sin buenos o malos, sin juicios morales.

R: Sí, y es un acierto para todos. Se despliegan hechos delante del espectador, pero no le dice lo que tiene que pensar ni las conclusiones que debe sacar. Solo presenta a personas delante de una realidad cruda, personajes de carne y hueso que tienen que actuar. La película te hace pensar sobre la justicia y para qué sirve, cuál es la manera de ser justos. Son temas delicados y hechos con mucha sensibilidad.

-Pero el sistema judicial no tiene una buena imagen.

-Se habla de la corruptela, la negligencia de la burocracia. No hace una denuncia, sino que está presente, a lo largo del film.

También pasa algo similar con los medios de comunicación. Aparecen como un factor determinante sobre las personas y los poderes político y judicial. Hay una responsabilidad de todos, pero al final la decisión es de cada individuo.

-Usted ha tenido que jugar con los acentos en sus películas.

¿Qué le pareció la transformación porteña de Bárbara Goenaga, su mujer en 'Sin retorno'?

-Muy bien. Lo hace estupendo. La verdad es que se lo ha currado.

Se lo dice un experto (risas).