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TVEO

A por uvas

ROSA BELMONTE

Cuando los planos se tienen medidos y toca caretos de los actores nominados, un imprevisto en la retransmisión te puede dejar en evidencia. Porque no se explica que en cuanto oímos al tonto de Jimmy Jump, el plano no estuviera ya en el escenario. Que nos dio tiempo a escucharlo a él decir que se había colado en el Palacio Real. Y nos dio tiempo a escuchar la estupefacción verbal de Mercedes Sampietro («es coña, ¿no?»). Y nos dio tiempo a observar las muecas de Javier Bardem y Antonio de la Torre. Porque Luis Tosar asistió impertérrito al espectáculo (y Ryan Reynolds, enterrado en foto, no se enteró). O sea, Jimmy Jump 1, Anonymous 0. Y la realización necesita mejorar. Al menos lo que no tiene previsto.

Aunque no sé si imprevisto se puede llamar a que el público estuviera a por uvas durante los tediosos discursos de algunos. Porque el público en general no es la ministra Sinde, que, sabedora de ser protagonista, ponía en los contraplanos una artificial cara de escuchar el discurso de Álex de la Iglesia. ¿La gala? Mejor el año pasado. Y si hay una cosa que nos iguala con Hollywood es el aplausómetro fúnebre.Qué feo que unos muertos sean más aplaudidos que otros.

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