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CONCURSO DE ACREEDORES

La juez eleva a 424 millones de euros el embargo preventivo a Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual por el 'caso Marsans'

La administración concursal desvela enormes irregularidades y maniobras opacas en los últimos meses de vida de la empresa turística

JULIO DÍAZ DE ALDA

Cada nuevo auto que se conoce del 'caso Marsans' aumenta la sensación de que la última época de la que fue una de las agencias de viajes señeras de España resultó una verdadera chapuza. El penúltimo episodio ha sido la elevación de 414 a 424 millones de euros el monto por el que se embarga de forma preventiva los bienes de Gerardo Díaz Ferrán, su socio Gonzalo Pascual y Posibilitumm Business (la empresa que les compró Marsans) para cubrir el agujero que pueda dejar el concurso de acreedores de la firma.

La titular del juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid, Ana María Gallego, así lo determina en un auto de fecha 14 de febrero. Un texto que se apoya en el informe de la administración concursal de Marsans, y que expone las oscuras maniobras que reinaron en la compañía antes y después de ser vendida a Posibilitumm. Operaciones que podrían convertir el concurso en 'culpable', si se aprecia que la insolvencia ha sido generada o agravada por actuación con dolo o culpa por los administradores o liquidadores.

"En el caso que nos ocupa, se cuentan con indicios de la concurrencia de tales supuestos", dice la magistrada, que recuerda, al tiempo, que el proceso se encuentra aún en fase cautelar. El auto señala que en el concurso de Marsans "se han sucedido acciones y omisiones de especial gravedad, que han, no sólo aumentado el déficit patrimonial, entendido como la diferencia entre masas, sino que han generado una millonaria cifra de créditos contra la masa". El embargo inicial (ordenado el pasado 11 de noviembre) se decretó sin audiencia a las partes, de forma sumarísima, para evitar que el dinero que pudiera haber se 'esfumara'.

Insolvencia

A lo largo del proceso, la justicia ha evidenciado que Marsans se demoró a la hora de pedir el concurso, pues se encontraba en clara insolvencia meses antes. Para ese momento, la empresa, recuerda la magistrada, contaba con numerosas deudas, incluso con Hacienda y la Seguridad Social. Para la administración concursal "las salidas de tesorería que se han producido desde el grupo Marsans a otras empresas son las causantes del problema de liquidez".

En este sentido, Díaz Ferrán y Pascual siempre esgrimieron que la falta de líquido se debió a la retirada de la licencia de operador por parte de la IATA. Pero el auto recuerda Marsans no cumplía los requisitos de solvencia que exigía la patronal internacional de las aerolíneas; y que los auditores del grupo no quisieron firmar su auditoría de 2008 y 2009 al encontrar numerosos problemas para acceder a la información contable que necesitaban.

Los administradores han subrayado el dislate de números que la propia Marsans aportó al solicitar el concurso, con una diferencia en la valoración del activo de 40 a 12 millones de euros en análisis hechos con muy pocos meses de diferencia. La administración concursal ha expuesto siempre al tribunal la falta de colaboración de Díaz Ferrán, Pascual y Posibilitumm. Tanta que, incluso, no se les ha facilitado siquiera el plan de viabilidad o el propio contrato de compraventa de la empresa. Tampoco se ha dado "cumplida explicación del porqué de la demora no ya en que se alcanzara un acuerdo con los trabajadores, sino a la hora de tramitar el ERE, resultado evidente la incidencia de tal proceder en el incremento de la deuda de la concursada".

Indicios de culpabilidad

Otro capítulo extraño: la contratación una vez instalado Posibilitumm de algunos directivos con salarios "extremadamente altos", que llegaron a remuneraciones brutas anuales de hasta medio millón de euros, cuando eras más que evidentes los problemas de la firma y más de un acreedor había pedido el concurso necesario. "De ahí que no sea aventurado un pronóstico de posible declaración de culpabilidad del concurso, dados los indicios que se acaban de pondear", dice la magistrada.

La juez va más allá y apunta que "visto el desarrollo del procedimiento hasta la fecha, analizadas las masas de forma indiciaria en el Informe del art. 75 LC, resulta obvio el perjuicio que se prevé que se va a ocasionar a un número elevado de acreedores, a quienes no se va a poder abonar sus créditos". Los administradores concursales cifran el déficit patrimonial de Marsans en 270,8 millones, junto a los que aparecen créditos contingentes por valor de otros 37 millones y otros que suman casi 20 millones adicionales.

La juez decreta también el embargo de los bienes y derechos de Posibilitumm que, aunque parezca mentira, tiene como objeto social "el comercio de animales domésticos y en su caso exóticos". Esa firma no tiene depositadas sus cuentas y no tiene bienes inscritos a su nombre en el registro de la propiedad. Posibilitumm ha tratado de defenderse aduciendo que no era administradora de Marsans. Algo que no convence a la juez.

Dentro del descontrol general, el auto recuerda la parca información ofrecida sobre la venta de Marsans Brasil, sobre la que se aportan correos electrónicos "pero lo que no consta es dónde está el precio, dónde está el dinero, porque no consta consignado en las cuentas del juzgado ni en las controladas por la administración concursal". El citado informe de los administradores, explica el auto, afirma que "en los meses anteriores a la declaración de los concursos, el Grupo Marsans utilizó la sociedad Marsans Shopping como receptora de fondos que aún existían para evitar embargos".

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