La crisis no ha sido ajena al sector del vino cordobés y los últimos datos que maneja el Consejo Regulador de Montilla-Moriles muestran un importante descenso en la comercialización de los caldos que se producen en la zona amparada durante la campaña 2009/10 respecto de la anterior de 1.887.944 litros, lo que en dinero supuso una caída de 3.177.512 euros, rompiendo la tendencia alcista experimentada durante la campaña 2008/09.
Aún así, las cifras de las exportaciones durante el pasado 2010 dan paso a una esperanzadora recuperación, puesto que las ventas entre los clientes de la Unión Europea se incrementaron en más de un 36 por ciento, llegando a los 20.045 hectolitros, mientras que en el resto de países del mundo prácticamente se mantienen sin muchas variaciones.
Gracias a los checos
Buena parte de la «culpa» sobre este crecimiento en el mercado comunitario es de la República Checa, que pasó de importar 0,04 hectolitros de vinos cordobeses en 2009 a la friolera de 2.777,02 hectolitros el pasado año. Igualmente llamativos resultaron los incrementos del Reino Unido, con 4.867,59 hectolitros, y Países Bajos (con diferencia, el mejor cliente de Montilla-Moriles en el exterior), que sumó 4.949,88 hectolitros, mientras que los belgas han superado ya el millar de hectolitros frente a los 800 del año anterior. Otro dato positivo es que Irlanda se ha apuntado con una mínima cantidad (0,46), al tiempo que Alemania, Suecia, Francia o Italia también optaron por aumentar sus importaciones.
La evolución, además, es doblemente positiva, ya que los clientes de esta marca de calidad han dado un giro cualitativo en sus estadísticas al aumentar las compras de producto embotellado en un 65,7 por ciento en 2010, llegando a los 4.496 hectolitros, mientras que el granel también experimentó una subida del 28 por ciento, con un total de 15.540 hectolitros.
Por contra, los holandeses, que anteriormente eran los que importaban más cantidad de caldos de Montilla-Moriles, han bajado su compromiso desde los 5.973 de 2009 hasta los 4.800 del pasado año, al tiempo que otros países, como Portugal, Polonia o Dinamarca lo hicieron en menor proporción.
El sector aprovechó ayer la presencia en Córdoba de la ministra de Medio Ambiente, Mundo Rural y Marino, Rosa Aguilar, para trasladarle su preocupación por seguir incidiendo en el tema de la comercialización y «agradecer su trabajo personal» en la consecución de que la UE reconozca la singularidad de los vinos de Montilla-Moriles (los finos, a los que no hay que añadir alcohol, y los Pedro Ximénez), según apuntó el presidente del Consejo Regulador, Manuel Pimentel. Un proceso cuyos trámites culminarán «en mayo», tal y como añadió la propia ministra.
