Hazte premium Hazte premium

crisis en egipto

Al Ejército egipcio le cuesta calmar la calle

El objetivo de recuperar la economía y el turismo, paralizados desde hace tres semanas, choca con la creciente ola de huelgas

LAURA L. CARO

El Ejército a cargo del poder en Egipto ha pedido a los ciudadanos que vuelvan a sus casas y abandonen las manifestaciones, al tiempo que trataba de fomentar la confianza en el cambio anunciando que la nueva Constitución estará lista en diez días y que se convocará un referéndum sobre el nuevo texto en dos meses.

En su intento por atraerse el favor de la calle, los militares se han reunido con representantes de los jóvenes, y entre ellos con el ciberactivista y líder de la revuelta Wael Ghonim, que en su sitio de Faceebok confirmaba que está habiendo intercambios de «puntos de vista» con el consejo de generales y que la redacción de la nueva carta magna está en manos -aseguró- de «un comité conocido por su integridad, honor y no pertenencia a ninguna tendencia política».

El llamamiento para que la población «realice los esfuerzos posibles» para mejorar la situación se producía ante la imposibilidad de desalojar del todo la plaza Tahrir y en medio de una creciente ola de huelgas, surgida como secuela de las protestas callejeras. Empleados estatales, chóferes, ambulancias, y, por segundo día consecutivo, los policías están aprovechando el clima reivindicativo para exigir mejoras salariales.

El 'día de la victoria'

Mañana será un día de tregua -es fiesta en Egipto en honor al natalicio del profeta Mahoma-, pero no sería de extrañar que, de seguir los paros, las Fuerzas Armadas acaben imponiendo esta misma semana una prohibición contra esas huelgas y las grandes concentraciones. La próxima esta prevista para el viernes, fecha en que los movimientos juveniles han programado una nueva salida masiva al centro de El Cairo para celebrar el 'día de la victoria' y recordar al Ejército que están vigilantes y que no aceptarán nada distinto a un camino directo e inequívoco hacia la democracia.

El arranque de la economía nacional tras tres semanas de convulsión e incertidumbres se ha convertido en un asunto de Estado. La Bolsa sigue sin recuperar la actividad y permanece cerrada de forma indefinida desde que registró una caída del 10,5% el 27 de enero. Las pérdidas en el sector turístico se calculan ya en 1.000 millones de dólares (741 millones de euros) porque, desde que se inició la revolución, se han cancelado el 100% de las reservas. No se veía una espantada así desde los atentados de Luxor en 1997.

El sindicato de guías se ha dado cita en el parque de las pirámides de Guiza para emprender una campaña de captación de viajeros y anunciar que se reanudan las visitas. «Es el momento de venir a Egipto, pedimos a todos los que han estado ya aquí que vuelvan para ver el renacimiento de este país ahora: hay seguridad y tranquilidad», poclamaba Walid el Batouty, vicepresidente del colectivo de la Unión de guías turísticos.

Por otro lado, el embajador egipcio en Estados Unidos, Shameh Shoukry, avaló los rumores sobre un empeoramiento de la salud del depuesto Hosni Mubarak. En declaraciones a la NBC, Shoukry habló de que el expresidente podría haber sufrido «algún tipo de deterioro» de carácter psicológico como consecuencia de su forzado abandono del poder que ejerció durante más de tres décadas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación