Córdoba

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Gómez promete regularizar todas las parcelas ilegales

Difunde un inconcreto plan que incluye pisos sociales de «máxima calidad», baratos y a pagar en 15 años

Día 10/02/2011 - 08.56h
VALERIO MERINO
Rafael Gómez, en un acto con las peñas el pasado sábado

Rafael Gómez empieza a hacer visible su enfoque electoral. Ayer mismo, su organización política, Unión Cordobesa, distribuyó dos folios con las diez principales líneas de actuación de cara a la próxima cita con las urnas. Con una falta de concreción en la herramienta para llevar a cabo lo que promete, Gómez lanza algunas proposiciones cuanto menos llamativas. Una de ellas es «la regularización de todas las parcelas que en este momento estén ilegales, con la Ley en la mano (sic)».

El guiño al electorado parcelista es obvio, sobre todo, cuando más de 600 viviendas están fuera de toda ordenación en la Sierra, cuando sigue habiendo parcelas ilegales en la Vega y Levante que no se han erradicado y con el debate latente de las casas irregulares en la margen del Guadalquivir que han sido inundadas por dos veces en un año. Un año en el que las Administraciones no han hecho nada, salvo convocar varias mesas técnicas y otorgar ayudas para el realejo provisional, además de los costes de la limpieza, por parte del Ayuntamiento y el Gobierno.

La propuesta da aún más que pensar teniendo en cuenta que el propio Gómez promovió los 40.000 metros cuadrados de naves ilegales en la antigua Colecor, que siguen sin regularizar y que el propio líder de Unión Cordobesa ha querido en todo momento desligar su pase a la política de ellas.

Como él mismo avanza en la información difundida ayer, el suyo es un «partido diferente, que presenta una novedosa propuesta de gestión pública y social» aplicando «criterios profesionales en la gestión».

Gómez promete «conseguir los máximos puestos de trabajo para todos los cordobeses», pero no especifica cómo. Al igual que plantea «atraer a los empresarios nacionales e internacionales para que vengan a Córdoba», sin mediar herramienta o instrumento alguno para lograrlo. Sólo aporta una Oficina Municipal de Atención al Empresario para apoyar a los que ya están implantados.

En el plano de la vivienda plantea en cuatro años construir viviendas «sociales de máximas calidades de uno, dos y tres dormitorios a precios asequibles para los bolsillos de los ciudadanos y que tengan un plazo máximo de 15 años de hipoteca». «Tantas plazas como se necesite para todos nuestros mayores en residencias y centros de día». Ni en un caso ni en otro plantea quién promoverá dichas edificaciones, teniendo en cuenta que él es, o ha sido promotor.

El resto de medidas es un discurso muy calcado: el máximo objetivo sin mediar cómo lo conseguirá. Esto es, la ciudad más limpia y sostenible, «que vengan de todas las partes del mundo a hospedarse a Córdoba» y «ampliar el número de plazas hoteleras» o «agilizar los trámites burocráticos». Eso sí, hay «apoyo incondicional a la candidatura de Córdoba 2016», que promueve, paradójicamente, el Ayuntamiento al que aspira, y la creación de espacios culturales referentes y promoción de jóvenes artistas. A falta de viveza en el resto de candidatos, más metidos en una presionaban de perfil algo bajo, Gómez la emprende con el «ruido» en sus planteamientos. «Bienestar y trabajo para ser una reseña mundial», concluye.

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