Hazte premium Hazte premium

Sarkozy presenta la presidencia francesa del G-8 y el G-20

La próxima cumbre tratará de la reforma del sistema monetario internacional, la regulación financiera y las materias primas

Juan Pedro quiñonero

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Nicolas Sarkozy estima que Francia “subestimó” el sufrimiento del pueblo tunecino, pero aspira a cambiar el mundo para mejor defender los intereses de Francia, sin olvidar que la presidencia francesa del G8 y el G20, durante todo este año, también podrá influir en su derrota o reelección en las próximas elecciones presidenciales.

Sarkozy presentó la agenda y prioridades de la presidencia francesa con una solemnidad excepcional: la orquesta de la Guardia republicana recibía a los embajadores e invitados de cinco continentes, a la puerta del Elíseo, donde el presidente presentó su agenda diplomática internacional con el fasto de los grandes acontecimientos.

A juicio del presidente francés, los trabajos previos han comenzado por ser un éxito, consiguiendo que China y EE.UU. (un G2 oficioso), las grandes potencias emergentes (India, Brasil) y una nube de países apenas emergentes, terminaran por aceptar esta agenda de trabajo común: reforma del sistema monetario internacional (SMI, proyecto que China aceptó con reticencias), reforzar la regulación financiera (con las reservas estadounidenses), luchar contra la volatilidad de los precios de las materias primas, sostener y reforzar la dimensión social de la mundialización, luchar contra la corrupción, actuar a favor del desarrollo...

“Conseguir el consenso de esa agenda, exigió meses de trabajo. Conseguir decisiones comunes será más complicado. Los resultados se verán, en Cannes, el mes de noviembre pasado”, advirtió Sarkozy.

El presidente francés no desvela todas las cartas ni iniciativas francesas, pero si insiste en varios puntos que considera capitales.

“Francia es partidaria de la tasación internacional de capitales”, subrayó Sarkozy, agregando: “A nuestro modo de ver, la tasación internacional de capitales permitirá luchar contra la especulación y ser un instrumento que pudiera favorecer al desarrollo social”.

Una novedad francesa será la convocatoria de una doble cumbre social, coincidiendo con los trabajos del G8 y el G20. Una cumbre social (integrada por grandes organizaciones sindicales) y una cumbre empresarial (integrada por representantes de organizaciones internacionales) debieran favorecer una ligera inflexión social en la gestión multilateral de los grandes problemas económicos y sociales.

En ese terreno, Francia defenderá la emergencia de una globalización de los derechos sociales. En principio, se trata de una cuestión altamente sensible e inflamable: la armonización mundial de los derechos sociales... armonización que ni siquiera se ha conseguido dentro de la UE. Consciente de ese problema de fondo, Sarkozy propone un primer paso: la aceptación dentro del G20 de las grandes normas sociales de la Organización Mundial del Trabajo (OMT).

La pauta general que dominará la estrategia de Francia, como presidenta en ejercicio del G8 y el G20, es presentada por Sarkozy de este modo: “Los grandes desafíos de nuestro tiempo, los desequilibrios monetarios, el precio de las materias primas, las transformaciones de la agricultura, el cambio climático, internet, son siempre problemas mundiales. Ningún Estado puede resolverlos en solitarios. Ante tales desafíos globales, debemos ofrecer alternativas globales”.

En escorzo, problemas “colaterales”, como los derechos humanos, también emergen de manera recurrente. Sarkozy se muestra cauto y prudente: “Se trata de problemas muy sensibles, que es necesario manejar con mucha prudencia. El presidente Obama los ha planteado ante los dirigentes chinos. Yo mismo lo había hecho antes. Ya es un gran paso que China acepte discutir tales cuestiones...”

Ante cada una de las grandes cuestiones internacionales, el presidente francés siempre matiza la importancia de los intereses nacionales. Caso arquetípico: la agricultura. Francia considera indispensable “preservar” la Política agraria común (PAC) de la UE.

En el terreno de la más inflamable actualidad, al final de sus grandes perspectivas internacionales, Sarkozy se vio forzado a reconocer que, en verdad, Francia ha “subestimado, la cólera, la angustia y la desesperación de la juventud tunecina”. Agregando: “Estamos con el pueblo tunecino. Francia ayudará económicamente a la joven democracia tunecina. Y propondremos que la Unión Europea conceda a Túnez un nuevo estatuto privilegiado”.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación