A.O.S.
Alfonso y Desireé Benavides
El suyo es un caso singular de poder hereditario. Como en un estanco, donde los puestos se pasan de padres a hijos, así ha actuado el actual alcalde del PSOE, Alfonso Benavides, con su hija Desireé Benavides, que se ha convertido en la candidata a sucederle en las próximas elecciones municipales. Y es que, aunque el aparato del PSOE, con su secretario provincial, Juan Pablo Durán, ha dado su espaldarazo a la nueva alcaldable, es evidente que mucho ha tenido que ver en esta decisión el regidor, un veterano socialista, con más de 40 años de trayectoria política.
Apadrinada, también políticamente, por su progenitor, la hija de Benavides no hace sino continuar con la saga política de su familia en este pequeño municipio del Alto Guadalquivir. Todo sea por alcanzar el sillón presidencial. Desireé Benavides asume el reto «con orgullo», según admite la propia interesada, que mostró «muchas ganas e ilusión por trabajar para lograr lo mejor para El Carpio». Tiene un espejo muy cercano en el que mirarse. Asegura que tendrá en cuenta algunos de sus consejos, tales como «ser paciente para pensar y tomar decisiones claves para el desarrollo del municipio».
Benavides, que es licenciada en Historia del Arte, avanza que los ejes de su política «serán la creación de empleo y fomentar infraestructuras de ocio y turismo que aporten calidad de vida a los carpeños».
Lo que no le ha traspasado su padre ha sido el carácter. Debe de ser por aquello de la falla intergeneracional: «Tenemos los mismos ideales, pero mi padre es más tajante, yo soy más tranquila». No obstante, dice que contará con «la experiencia» de su padre. Pues, a la postre, todo queda en familia.
