Fumar es un placer... en Soto
Saturnino García, uno de los eternos secundarios del cine español, preside el primer club de fumadores de la región
Humo, humo y más humo. Inhalado; exhalado; en la ropa; en el pelo; en los ojos, impregnado en los pulmones... Quien desee seguir castigándose fumando en esta época de restricciones sin salir a la calle, en un lugar confortable, luminoso, calentito en invierno y fresquito en verano, y, sobre todo, sin molestar a los demás, tendrá, dentro de ocho días, un lugar idóneo para ello.
El lugar se llama «Fumando espero» y es el primer club de fumadores que se crea en la región. En nuestro país hay ya tres —Orense y Lérida— ; éste está enclavado en Soto del Real y tiene unas vistas de lujo: el mirador de La Pedriza. Lo más curioso es que la idea surgió entre ex fumadores. El mentor y vicepresidente del club es Antonio Mayoralas, director del Hotel Prado del Real, quien se la propuso al presidente del club, Saturnino García, uno de los ilustres secundarios de lujo del cine patrio —tiene un Goya por la película «Justino, un asesino de la tercera edad» y ha participado en «Amantes» y «Nadie hablará de nosotras», entre otros títulos—.
Ambos consideran que el Gobierno, con su nueva ley, ha tomado el camino más simple y fácil. «El tabaco es malo para la salud pero hay otras cosas tan nocivas o más y si las autoridades se preocuparan de verdad por nuestra salud, se centrarían en lo que comemos, nos contamina o lo que respiramos», explica el actor. Tanto él como Mayoralas ponen el acento en la tolerancia y en el respeto. «No podemos tratar a las personas como apestadas por fumar».De ahí que en diciembre se pusieran manos a la obra. Mayorala decidió usar dos salones del hotel que regenta y acondicionarlos a las exigencias de la normativa y registró el club.
Petición a Sara Montiel
Buscar el nombre fue coser y cantar, aunque García apostaba más por el de «Fumar es un placer». En estos momentos esperan que la presidenta de honor sea Sara Montiel, quien puso voz y cigarrillo al tango español de 1922 de Félix Garzo. Una vez terminados los retoques en las dos salas —para adecuarlas a la ley—, que seguro que se llenarán de humo, inaugurarán a bombo y platillo el club con la presencia de la actriz y cupletista manchega, el próximo día 25 de enero. No en vano, un cartel con una imagen a lo «garçon» de la famosa puro en ristre presidirá el local.
«Los vicios están ligados al alma humana. Ni las vacas fuman ni los cocodrilos beben güisqui. Es esencial la educación para que la gente sepa hacer uso de las cosas, sin reprimir, como se está haciendo», subraya García. Éste, explica que dejó el «vicio» hace 20 años por cuestiones de salud, al igual que su socio. «No queremos invitar a nadie a que fume, solo pretendemos ofrecerles un espacio acondicionado y cómodo para los que deseen hacerlo porque no nos gusta que se les trate como apestados».
Como el cigarrillo siempre ha estado ligado a la cinematografía —y el hotel donde se ubica el club está dedicado al cine español—, serán imágenes de actores patrios y otros elementos relacionados con el séptimo arte lo que prime en la decoración.
Pero no solo de fumar vive el hombre. «Los socios del club podrán jugar al mus, a las cartas, leer; habrá catas de tabaco y, además, se ofrecerán hipnosis, charlas y terapia para quien desee decir adiós al hábito», agrega Mayoralas. «Ya tenemos cien socios quienes tendrán que pagar una cuota de 10 euros al año». Con esa cantidad se pagarán los gastos generados por el propio club y los de las distintas actividades.
Los asociados dispondrán del servicio de cafetería del hotel. Eso sí, ellos deberán encargarse de ir y devolver su consumición, tal y como marca la ley. «La lástima es que no podemos contratar a nadie en el club, ni siquiera para la limpieza ya que crearíamos empleo». Los responsables del primer club de fumadores de la región esperan que la idea tenga una buena acogida para los que, a pesar de los pesares, siguen pensado que fumar sigue siendo «un placer, genial, sensual...»
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