La mafia sin glamour
ANIMAL KINGDOM HHHH
Director: David Michôd. País: Australia. Año: 2010. Duración: 112 min. Género: Drama. Intérpretes: Guy Pierce, Ben Mendelson, Luke Ford, Jackie Weaver, Sullivan Stapleton.
Hay películas que podrían recomendarse a ciertos espectadores a ciegas y, sin embargo, no convendría ni mencionárselas a otros. Hay obras fáciles y difíciles, títulos medianos de fácil empatía y obras maestras de las que conviene hasta huir, según en qué compañía se encuentre uno en ese momento. Sin ser especialmente difícil, «Animal Kingdom» opta por el camino «antiamericano» de la no identificación. Sin más actores conocidos en nuestro hemisferio que el policía Guy Pierce, el único personaje «bueno» —incluidos sus compañeros de profesión—, los protagonistas de la ópera prima del australiano David Michôd son los miembros de una familia de mafiosos. Criminales sin tacha, desde la proterva y besucona madre (impresionante Jackie Weaver, heredera de la «Mamá sangrienta» que bordó Shelley Winters), sus integrantes no aspiran al cariño del público que siempre han pretendido sus colegas italoamericanos, antes y después de los Corleone.
Michôd retrata los fondos oscuros y nada bajos de Melbourne, donde un joven crece en el seno de ese nido de monstruos de moral reseteada, abocado a una forma de vida, y sobre todo de muerte, de la que es peligroso incluso pensar en escapar. El debutante cineasta hace gala de una forma elegante de narrar el drama y resulta vibrante, pese a la falta aparente de apresuramiento, cuando llega la intriga. El guión, que firma en solitario, tiene otra cualidad cada vez más rara: es imposible prever lo que ocurrirá al final de cada escena, cómo reaccionará su reino animal. Si le añaden una verosimilitud brutal y nada efectista, convendrán en que estamos ante una película destinada a perdurar.
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