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fútbol

Mourinho, entrenador de oro

El técnico portugués ve recompensado un año perfecto en el que conquistó el triplete con el Inter

D. Valera

El triplete pesó más que la Copa del Mundo. José Mourinho venció a Vicente del Bosque, el gran favorito, y a Pep Guardiola en la votación para el 'Balón de Oro' de los entrenadores. El portugués vio así recompensado su extraordinario año en el Inter, donde conquistó la Liga de Campeones, el 'Scudetto' y la Copa Italiana.

Un palmarés al alcance de muy pocos. Los malos augurios del polémico técnico no se cumplieron. "Lo he ganado todo esta temporada pero los premios se los llevan otros", advirtió a la prensa en una entrevista reciente.

El portugués mostró durante la gala su rostro más humano y diplomático. Se abrazó a quienes fueron sus jugadores, Maicon, Cristiano Ronaldo, Casillas y Sneijder, e incluso se emocionó al oír los halagos del futbolista holandés. "He trabajado mucho para estar aquí. Felicito a los otros dos fantásticos entrenadores. Quiero agradecer este premio a mis jugadores y a mis seres queridos", aseguró.

El luso, que estrenó un galardón hasta ahora reservado sólo a los futbolistas, pone el broche de oro a una carrera todavía corta pero muy intensa. Su fama se la debe tanto a sus títulos como a sus controvertidas declaraciones y actuaciones. Es uno de los pocos entrenadores capaz de robar protagonismo a sus estrellas. "Así les quito presión", ha asegurado en más de una ocasión. Esa estrategia le ha llevado a enfrentarse con la mitad de sus 'colegas' de profesión, jugadores y aficiones rivales, al tiempo que se ha granjeado la admiración incondicional de la otra parte del fútbol.

Nunca ha escondido su ambición y su pasión por los retos. Conquistó otro triplete con el Oporto contra todo pronóstico. Convirtió al Chelsea en el equipo temible que es hoy en día. Devolvió al Inter su grandeza en Europa al conquistar la 'Champions' 45 años después. Y ahora está inmerso en recuperar la hegemonía del Madrid en la Liga española. Muy lejos quedan ya los años en que Mourinho ejercía de traductor de Bobby Robson en el Barcelona, aunque en el Camp Nou no paran de recordárselo. Con Van Gaal ascendió hasta convertirse en su mano derecha. Pero el portugués quería volar sólo. Su ego no le permitía estar a la sombra de nadie. En su tierra cosechó los primeros éxitos. En 10 años ha ganado todo. Tiene la capacidad de transmitir su carácter ganador a sus equipos. Con este premio cierra un año de ensueño.

Como él mismo reconoció, sólo le quedó la frustración de no poder dirigir a su selección. Todo se andará si se lo propone.

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