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LIGA BBVA — Real Madrid, 4 - Villarreal, 2

«Todo lo que hago se juzga mal»

Mourinho se siente perseguido. Su celebración del 4-2 exasperó al Villarreal

I. GIL

T. GONZÁLEZ-MARTÍN

Acapara todos los focos. Dentro y fuera del campo. Mourinho es una estrella mediática. Ganó un partido que tenía perdido gracias a su sabiduría táctica y provocó el enfado del rival con sus celebraciones en la zona del banquillo visitante. El portugués es único. Y más listo que nadie. Lo primero que hizo fue ensalzar al Villarreal: «Su primer tiempo ha sido espectacular. Es el único equipo que ha podido ganarnos esta temporada en el Bernabéu. Marcamos el 2-2 cuando no lo merecíamos». Cremita para el enemigo. Y después, elogios para su equipo: «Hicimos un cambio táctico arriesgado, con un 3-4-3, y nos convertimos en los dueños del partido. Si en el primer periodo solo existió el Villarreal, en el segundo solo existió el Real Madrid».

Justificó la celebración del 3-2 y del 4-2 en el área técnica del banquillo contrario: «Juro por mi hijo que no tuve intención de provocar al rival. Fui a celebrarlo con mi hijo, que se sienta detrás del banquillo visitante». Cani, que había sido sustituido, le tiró una botella de agua y fue expulsado. El preparador blanco no se siente culpable de nada. «El incidente es consecuencia de un estado de cosas en el que todo lo que hago es siempre negativo, se juzga mal. En este momento estamos así. Ante el Levante hice un cambio que tenía preparado hace tres días y fui insultado. En este momento debo pedir permiso a mis adversarios para hacer los cambios. Hoy, juro por mi hijo que he ido a celebrar el gol con él que está siempre detrás del equipo visitante. Los jugadores del Villarreal pensaron que estaba de cachondeo para provocar». El Real Madrid confirmó que el hijo de Mourinho tiene su abono detrás del banquillo del rival y el propio Garrido, entrenador amarillo, admitió ese argumento.

Lass se marchó sin permiso

Lo que no es admisible es el comportamiento de Lass. Mourinho le sustituyó en el descanso y el francés se marchó del estadio sin esperar al final del partido. «No sé si se ha ido», dijo su inmediato superior. «Ha sido titular seis o siete veces y hoy le cambié porque tenía previsto que Khedira jugara después de central, como así hice». El mediocampista, que hace unos días solicitó negociar con el club la renovación de su contrato, será multado.

Cristiano cambia las multas por goles. Con 23 goles en dieciocho jornadas, persigue la plusmarca de 38 tantos que ostentan Zarra y Hugo Sánchez. El número «siete» madridista presenta el mejor balance goleador en dieciocho partidos desde la Liga 50-51, cuando el azulgrana César sumó también 23.

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