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Cuestión de principios

El aviso de ayer a Bulgaria y Rumanía es definitivo porque su ingreso en el espacio Schengen debe aprobarse por unanimidad

Día 22/12/2010
La Unión Europea requirió de una ampliación rápida y generosa con los países de Europa Central y del Este que sabían que su anclaje al otro lado de lo que fue el Telón de Acero era una garantía democrática. La UE hizo suyo un lema de un gran político español: «Por mí no quedará». Y países como Bulgaria y Rumanía pudieron adherirse haciendo manga ancha en algunos requisitos. Añadamos a ello la respetabilidad que daban figuras como Simeón de Bulgaria en la jefatura de un Gobierno para comprender que tenía que haber buena disposición. Mas el tiempo de la vista gorda y facilitadora está superado. Ahora corresponde cumplir como todos los demás.
Ayer correspondió a un portavoz de los ministros de Exteriores francés y alemán advertir que ambos países están lejos de cumplir con el progreso necesario en la reforma de sus sistemas judiciales y de atajar la corrupción y el crimen organizado, lo que podría tener graves consecuencias para la Unión Europea. Sólo puede ser bueno para todos que Berlín y París hayan dado ese paso. Admitir la entrada de ambos países en el espacio Schengen sin cumplir los requisitos mínimos es una garantía de desgobierno de la Unión que sólo puede alentar a lo euroescépticos. La generosidad habida en el pasado tenía como fin alcanzar unos objetivos. No podía ser una sopa boba que justificase futuros incumplimientos.
Pero ya que se hace esta requisitoria a Sofía y Bucarest, puede ser un momento idóneo para recordar que si hay un problema con la reforma y adaptación de sus sitemas judiciales a la normativa europea, todavía mayor puede ser el de Turquía si algún día progresa su negociación para el ingreso en la Unión. Queda mucho por hacer a Bulgaria y Rumanía y el aviso de ayer es definitivo porque su ingreso en el espacio Schengen debe ser aprobado por unanimidad de los integrantes. Mas quede claro que el mismo rigor deberá ser exigido —en un hipotético futuro— al sistema judicial turco, tan distinto del acervo comunitario.
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