La quiebra de sus empresas echó por tierra su gestión

Tal día como hoy, hace un año, los periódicos daban cuenta de la noticia que precipitó el ocaso personal y empresarial del hasta ayer presidente de la CEOE. La tarde del 21 de diciembre de 2009, casi un centenar de trabajadores de Air Comet se concentraban a las puertas de la terminal 1 de Barajas, pocos minutos después de que un juez británico dictara una orden de embargo sobre varios aviones de la aerolínea. Las imágenes de los pasajeros atrapados en el aeropuerto y las manifestaciones de los trabajadores acapararon las portadas y los boletines informativos

Esa fue la primera fisura en el imperio de Díaz Ferrán, un constelación de decenas de compañías que se vio desgarrada por la crisis en una secuencia vertiginosa —la aseguradora Mercurio se intervino en marzo, en abril la patronal aérea retiró la licencia a Viajes Marsans para vender billetes y en junio Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual solicitaron la suspensión de pagos para el operador turístico— que concluyó con la declaración del uzgado madrileño del concurso necesario de acreedores del propio Ferrán, envuelto, a la postre, en cinco procesos judiciales y una primera sentencia condenatoria.

Frente al largo proceso por el caso Aerolíneas Argentinas, en el que se acusa a Díaz Ferrán de fraude fiscal de más de 200 millones de euros procedentes de la SEPI para amortizar pasivos de la aerolínea argentina, se añaden las actuaciones judiciales por el impago de las nóminas a los trabajadores de Air Comet, la acusación de «agravamiento» de la situación de insolvencia de Viajes Marsans y la apropiación indebida de los salarios y las retribuciones a la Seguridad Social de sus empleados. Y, por si fuera poco, 80 compañías aéreas presentaron en julio una denuncia por apropiación indebida de cinco millones de la venta de billetes.

u legado al frente de la CEOE est marcado por la polémica negociación de la reforma laboral, que vio la luz finalmente en septiembre. Normativa cuya manzana de la discordia residía en el abaratamiento del despido, con la indemnización de 33 días en los contratos de fomento del empleo, frente a los 45 días de los contratos habituales.

Díaz Ferrán, que nunca se levantó de una mesa de negociación, algo que sí que hicieron el Gobierno y los sindicatos, dijo ayer en su discurso de despedida que «si el Ejecutivo hubiera tenido en cuenta nuestras aportaciones, la economía no se hubiera deteriorado tanto y la recuperación estaría próxima». Sobre la crisis y los problemas de sus compañías, explicó que «todos los empresarios estamos luchando sin descanso para sacar adelante nuestras empresas y no todos lo conseguimos. Hemos sido muchos los que hemos pagado un alto precio». Finalmente, pidió perdón «por los errores» cometidos.

El nuevo presidente de CEOE tiene intención de proponer a Díaz Ferrán como presidente de la Fundación, «tal y como se hace siempre en esta casa». Sin embargo, Ferrán no ha tomado todavía una decisión, seguramente porque en los próximos meses se verá envuelto en numerosos procesos judiciales, lo que perjudicaría la imagen de la patronal.