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Recuperadas 34 de las 35 obras de arte robadas en un polígono de Getafe

Los ladrones vendieron una escultura de Chillida a un chatarrero por 30 euros. La Policía logró encontrarla y llegar hasta el resto de la mercancía

Recuperadas 34 de las 35 obras de arte robadas en un polígono de Getafe ABC

CRUZ MORCILLO

Menos de tres semanas ha tardado la Policía en dar con el valioso botín de arte que fue sustraído el 27 de noviembre de una nave del polígono industrial Los Olivos de Getafe, con furgón incluido. Los agentes lograron el sábado por la noche recuperar 34 de las 35 obras en Madrid, según ha podido saber ABC, aunque el caso no se da por resuelto debido a que faltaría por detener a los autores. Se trata de aficionados, según todos los indicios, dado que llegaron a vender a los pocos días del robo una escultura de Chillida a un chatarrero madrileño por la irrisoria cifra de treinta euros.

La obra fue la primera que encontraron los agentes hace ya varios días y habría servido de pista para tirar del hilo y dar con el paradero de una quincena de esculturas de Eduardo Chillida, varias de Fernando Botero (cinco piezas, tres dibujos y dos óleos); un dibujo de Picasso, una obra de Tàpies y otra de Antonio Saura, entre otras. En total, 35 piezas que desaparecieron de un plumazo en uno de los mayores robos de arte contemporáneo.

Tres días después del asalto, ya fue hallado el furgón en el que se guardaba la valiosa mercancía, valorada en cerca de cinco millones de euros. El vehículo —cuyas llaves se guardaban en la guantera— fue abandonado en Alcorcón para dar esquinazo a los agentes. Aunque al principio se barajó que se trataba de una sustracción por encargo y que posiblemente ya tendría comprador, con el paso de los días la investigación dio un giro tras detectar que una escultura de Chillida hubiera acabado en una chatarrería; es decir, los ladrones (tres encapuchados que actuaron con gran rapidez y ni siquiera se molestaron en desconectar las alarmas de la nave) parece que se toparon con una mercancía que no esperaban y a la que no sabían cómo dar salida. Según las primeras pesquisas, los cacos trasladaron las obras a una furgoneta tras abandonar el camión y en ese lugar habría estado guardado el botín durante este tiempo.

Tres encapuchados

La mayoría de las piezas procedían de una exposición en la galería Stefan Röpke de Colonia (Alemania). Las piezas regresaban a Madrid en un furgón, que pasó la noche del viernes al sábado aparcado en una nave de Getafe, propiedad de la empresa Crisóstomo Transportes. El sábado por la mañana se cometió el robo en torno a la una de la tarde. Las cámaras de seguridad grabaron a tres encapuchados actuando con total rapidez y seguridad, por lo que se sospechó que tenían un cómplice dentro. El conductor del furgón fue interrogado, pero no guardaba relación con los hechos.

Veintidós de las obras, todas ellas aseguradas, procedían de esa exposición colectiva en Alemania, pero las de Botero fueron recogidas en el taller del artista en París en un transporte «combinado» que consiste en hacer una ruta con paradas para ahorrar costes. En Madrid esas obras parisinas del artista colombiano iban a reunirse con otras para partir hacia una exposición en Singapur. Su valor se calcula en un millón de euros. Además de la galería colombiana, se vieron afectadas por el robo otras seis españolas. Una de ellas, la de Nieves Fernández, había cedido la escultura «Topos IV» de Chillida, propiedad de la galerista. Está tasada en más de 800.000 euros.

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