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HOJAS DE ANTAÑO

Autopista hacia el Teide

En febrero de 1931 podía leerse en ABC «Ha comenzado el estudio del proyecto de instalación de un funicular al pico del Teide. Se espera que quede construido este año»

ROBERTO MERINO MARTÍN

DERROTAR A UNA MONTAÑA, a cualquier montaña, siempre encierra un rincón para la gesta. En la cruel batalla contra el límite de uno mismo, poco importa ser el primero en abrazar su cima. Algo así debió pensar Jules Leclercq cuando, en 1879, escribía «la travesía ... por la caldera es penosa, casi desesperante. Hay que andar durante horas enteras hacia el pico que se eleva gigantesco, en medio del desierto. El cielo es de un azul inaudito, el sol caliente como una bola al rojo blanco, la piedra pómez arde sobre los pies, y no hay casco ni sombrilla que pueda proteger los ojos de la irresistible luz solar, reflejada en el espejeante suelo. Todo el que sube al Teide regresa con el rostro quemado y los ojos inflamados a causa de la reverberación de la Caldera».

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