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La fauna y flora inspiraron a Antoni Gaudí en toda su obra

Jordi Cussó presenta el libro «Gaudir de la natura y de la Sagrada Família» (Pagès editors)

J. C.

MARÍA GÜELL

Gaudí fue un niño que pasó parte de su infancia enfermo. Las recomendaciones de los médicos eran siempre las mismas: «que no se mueva mucho». Del reposo obligado nació su afición a observar todo lo que le rodeaba. El resultado de tanta admiración por la fauna y flora que le rodeaba fue palpable en su obra arquitectónica.

Muchos de sus estudios minuciosos de plantas, árboles, animales... se recogen en el libro «Gaudir la natura i la Sagrada Família», de Jordi Cussó. Esta pequeña enciclopedia llena de fotografías comparativas (hechas por el propio Cussó) es el fruto de años de estudio. Cussó, que trabajó toda su vida profesional al taller de modelistas del Templo, desvela que tenía dos objetivos cuando se puso manos a la obra: el primero, dar a conocer lo que son las raíces de la arquitectura orgánica de Gaudí y segundo, animar a la gente a que mire la naturaleza con otros ojos.

Desde la jubilación, Cussó sigue inquieto ante cualquier hallazgo que se pueda sumar a su trabajo de investigación. «Primero hice una exposición para el año Gaudí, en 2008 hice otra que se pudo ver en el Claustro de Montserrat de la Sagrada Familia y ahora tengo la oportunidad de presentar este libro», explicó el modelista con gran emoción.

«Gaudir de la natura» es lo que su nombre indica, una invitación a disfrutar. «Si tengo que elgir un capítulo me quedo con el de la columna, uno de los principales retos de Gaudí», añadió Cussó. Un ejemplo de esta obsesión es la columna salomónica que fue una constante en su obra y que podemos admirar en la fachada del colegio de las Teresianas o en las famosas columnas del Park Güell. La variedad de columnas es interminable.

Los animales también son protagonistas de sus grupos escultóricos. No hay más que acercarse a la Fachada del Nacimiento para descubrir su pasión por la fauna. No excluía a ninguno... en el pie de las columnas reconcocemos a dos tortugas, la de mar y la de tierra.

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