Rubalcaba señala a Pajín como referente de futuro en la proclamación de Alarte
El líder del PSPV se olvida del «consejo» de Blanco y hace un discurso de denuncia de la corrupción
La presencia de Alfredo Pérez Rubalcaba en el acto de proclamación de Jorge Alarte despertó expectación entre los dos mil socialistas que se dieron cita en el Palacio de Congresos. Era la única de calado, junto a Leire Pajín, en el escenario al que Alarte volvía dos años después de acceder a la Secretaría General.
Por ello, a alguno de los presentes en el plenario se le fue la mano y gritó aquello de ¡presidente, presidente! cuando el vicepresidente primero subía a la tribuna de oradores. «Te has pasado», tuvo que contestar Rubalcaba en su primera frase para evitar malos entendidos con su «jefe», José Luis Rodríguez Zapatero.
Lo que dejó más dudas fue su segunda apreciación, en la ronda de agradecimientos a los presentes. Fue entonces cuando destacó la «tranquilidad que me produce Leire Pajín. Tiene 30 años y con ella el PSOE tiene garantizada su continuidad 100 años más». Este halago como referente del partido en la proclamación de Jorge Alarte sorprendió a muchos de los asistentes, conocedores de la dependencia que Alarte tuvo de Pajín para convertirse en secretario general.
Ánimo a Luna y la «verdad»
Tampoco fue parco en su reconocimiento a Ángel Luna, a quien le dijo que «te veo en la tele» y que la política tiene «armas de destrucción masivas, como la verdad». Le animó a seguir ese camino en la campaña electoral. Para Alarte elogios, al unísono con Joan Calabuig, y los definió como políticos con convicciones y transparentes. «Son honestos, que es lo que necesita esta Comunidad», dijo.
Lo que no quería oír el hombre fuerte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero son excusas del candidato de la federación socialista valenciana para gobernar la Comunidad. Por ello, recordó a Alarte que ganar está «difícil, pero esos son los retos que a mí me gustan» y le conminó a ir puerta por puerta para convencer a la gente porque eso «vale más que 15 ó 20 telediarios».
Aludía así Rubalcaba a las quejas de Alarte sobre la «invisibilidad» a la que cree que le somete el ente público Radiotelevisión Valenciana. El ministro del Interior desvelaba que la estrategia del PP es «movilizar en masa a sus votantes y que los nuestros se queden en casa» porque «están bajos de ánimo», según Rubalcaba, por la situación económica y las medidas que ha tenido que adoptar el Gobierno.
«Si no desistimos —en convencer a los votantes socialistas de que acudan a las urnas— ganamos, y si desistimos no hay nada que hacer». Era el resumen perfecto de la delicada situación del proyecto socialista.
Alarte, por su parte, empleó un discurso más enfocado al «anti-Camps» que a la construcción de una alternativa. La denuncia de la «corrupción en el PP» le ocupó tres cuartas partes del tiempo. Habló de «maletines», «llevarse el dinero de los valencianos», «amaños», «200 imputados», de «Fabra y Ripoll», «ruina», «despilfarro», «grandes fiestas» y «citaciones judiciales» Ideas que suscitaran el debate no hubo, salvo la manida denuncia de «manipulación» en RTVV, o los problemas en educación y sanidad, entre otros.
Votantes del PP
Desoyó así el líder del PSPV el «consejo» del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, en el sentido de que se olvide del adversario y trabaje más por consolidar su proyecto situado ahora a 23 puntos en intención de voto del que lidera Francisco Camps. Por eso, acabó pidiendo el voto de los militantes del PP que «se han visto defraudados y que son honrados».
Joan Calabuig, candidato a la Alcaldía de Valencia, también tomó la palabra y lo aprovechó para matizar su apoyo a consensuar a una prolongación de la avenida Vicente Blasco Ibáñez por El Cabanyal, sabedor de que no ha sentado bien en el grupo municipal que ha hecho de la oposición a esta infraestructura su bandera.
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