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«No estoy preparada para dejarle mi sitio a nadie»

La incombustible Cher ha vuelto al cine en la película «Burlesque», de Steve Antine, donde comparte cartel con Christina Aguilera

ABC

FABIÁN W. WAINTAL

Incluso sin photoshop ni ningún efecto especial, Cher parece que fuera su hija en vez de ella. Ni en el más mínimo detalle se nota que tiene sesenta y cinco años. Detrás del perfecto maquillaje y un cuerpo que es la envidia de cualquier mujer, sigue estando tan vigente como siempre. Y entre los secretos de su belleza, confesiones como el romance que casi tuvo con Elvis Presley o el que confiesa que vivió con Tom Cruise.

—¿El nombre artístico Cher esconde alguna historia particular?

—Mi nombre es Cherilyn, pero nunca me han llamado así. Mis amigos a veces me llaman Cherilyn, solo para no tratarme como Cher, en público. Ese fue mi nombre, siempre. Y ahora, hasta en el pasaporte figuro como Cher.

—¿Cuál cree que es el concepto más equivocado que la gente tiene sobre usted?

—Soy mucho más tímida de lo que se pueda imaginar, pero cuando trabajo soy una persona diferente. Bette Midler dijo una vez que en el trabajo podía hacer ciertas cosas que nunca podría hacer en la realidad, como caminar por la calle. Y así lo siento yo. En mi trabajo puedo hacer todo lo que no hago como persona.

—Todas las mujeres quieren saber secreto de su belleza. ¿Cuántas veces al día le preguntan qué hace para verse tan pero tan bien físicamente?

—Lo suficiente como para cansarme de responderla (Ríe). Simplemente hago ejercicios.

—¿Qué clase de ejercicios?

—Hay un millón de cosas diferentes. Soy una persona muy física, siempre lo he sido, siempre he estado moviéndome, y todavía lo hago.

—¿Qué le lleva a seguir trabajando tanto?

—Simplemente me gusta lo que hago. No lo haría si no fuera así. A veces hay que trabajar para vivir, para mantener la familia. Pero yo nunca lo hice por eso. Y jamás trabajé en nada que no me gustara.

—¿Sigue subiendo al escenario con el mismo entusiasmo que hace cuarenta años?

—Yo nunca subo a un escenario con entusiasmo. Voy con todo el terror y ansiedad. Solo cuando estoy arriba me siento bien.

—¿Alguna vez tuvo que sacrificar una relación de pareja para ascender en su carrera?

—Si hubo alguna sería tan terrible que no se lo diría. Pero nunca tuve que tomar esa decisión ni tuve que caminar por el cuerpo de otra persona, para conseguir lo que yo buscaba.

—¿Es verdad que estuvo a punto de tener una romance con Elvis Presley?

—Elvis me llamó para pasar el fin de semana, pero yo me puse demasiado nerviosa. Lo pensé y estuve a punto de hacerlo, pero dije: «No, no quiero». y me arrepentí. Debía de tener alrededor de 30 años.

—¿Ha habido más casos?

—Marlon Brando. Lo conocí, pero me arrepiento por no haberlo conocido mejor. Fue genial y pasamos el mejor momento, pero era la época en que yo estaba tratando de arreglar mi matrimonio y al final ni siquiera funcionó.

—¿Y con Tom Cruise realmente pasó algo?

—Aha... (asiente, tímidamente con la cabeza)

—¿Fue hace mucho? ¿Podemos saber un poco más?

—¡No es asunto suyo!

—En EE.UU., si a un hombre le gustan los musicales, el shopping, Cher o Barbra Streisand, lo catalogan inmediatamente como gay ¿Por qué cree que existe ese estereotipo?

—Es algo que nunca me he puesto a analizar. No sé, pero obviamente hay cierta diferencia. No pienso en esas cosas porque la verdad... no me importa. Hay estereotipos en todos los ámbitos, pero tampoco creo que algo así sea cierto.

—¿Qué momento de su carrera considera que fue el más importante de su vida?

—Si tuviera que elegir algo en particular, sería el Oscar, porque significó que me aceptaban mis propios compañeros. Esa fue una noche increíble para mí.

—¿Es la mejor lección que aprendió en la vida?

—Lo que sé es que no se puede dejar de crecer como artista. No se puede parar de crecer como persona. Y es duro, porque una vez que llegamos a cierta edad pensamos que somos así y no necesitamos cambiar.

—¿Mantener siempre tanta originalidad en su carrera le resultó difícil?

—Soy bastante obstinada en cuanto a hacer lo que me plazca. Y muchas veces me ha traido problemas. Siempre estoy metiéndome en problemas, aunque hoy en día no puedo competir con nadie. Cuando Lady Gaga apareció con un vestido de carne me di cuenta que ya estoy demasiado vieja.

—¿Qué tal resultó la vuelta al cine? ¿Sintió nostalgia el primer día que volvió a un estudio?

—El primer día estaba realmente muy nerviosa. No me sentía la mejor. Pero todo cambió cuando empezamos la película.

—¿Se parece algo a su personaje de «Burlesque»?

—Me parezco mucho. Tiene mis mismas penas. Es evidente que está envejeciendo y yo también. La gran diferencia es que ella quiere hacerse a un lado para que alguien ocupe su lugar y yo todavía no estoy preparada para algo así.

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