«Volvería a la infancia con los ojos cerrados»
Teresa Rabal regresa al circo con un espectáculo sin animales y conla música como protagonista
IGNACIO SERRANO
Ha pasado tres lustros apartada de los escenarios del circo, pero la animadora infantil más popular de nuestro país vuelve ahora a la acción con su propio espectáculo, el Nuevo Circo de Teresa Rabal, un show adaptado a los nuevos tiempos, renovado, fresco y, lo ... más importante, en el que no se emplean animales. «Hace tiempo sí los usaba, pero todo el mundo aprende de sus errores —reconoce la artista—. No soy partidaria de las prohibiciones, allá cada uno con su conciencia, pero creo que los animales no deben estar enjaulados para darnos espectáculo, obligándoles a hacer cosas que no están en su propia naturaleza. Sufren igual que si a nosotros nos encerraran y nos pusieran a andar a cuatro patas».
Su circo llega a la capital para quedarse todas las Navidades, «una época mágica para entrar en Madrid», asegura. «Hemos venido en colaboración con el Ayuntamiento y la Junta del Distrito de Tetuán, en cuya cabalgata de reyes participaremos con carroza propia. Estoy muy emocionada por volver a reencontrarme con todas esas miles de caras alegres». El espectáculo permanecerá hasta el 30 de enero junto a la glorieta de Cuatro Caminos (Bravo Murillo, 107).
La artista inauguró este nuevo espectáculo el jueves, y quedó muy sorprendida «al comprobar que los niños pequeños se saben mis canciones, lo cual me parecía casi imposible. Se ve que los padres van dejándoles mis discos en herencia, y eso es muy emocionante para mí. Después de tantos años, me doy cuenta de lo que he significado para la vida de muchas generaciones. Ese es el mejor premio que puede tener un artista».
En el Nuevo Circo de Teresa Rabal no hay trampa ni cartón, pues el «playback» está vetado, al contrario que en otros espectáculos infantiles como el Cantajuegos. «Es que es un gran error, porque se supone que estamos formando a los nuevos públicos —asegura—. A mí me daría vergüenza hacer «playback», no debemos faltar el respeto a los niños así».
A lo largo de 81 funciones, Rabal empleará el humor, la música y el arte para amenizar unas navidades que se presentan algo más negras que otros años. «Creo que la gente necesita sensibilidad y alegría para desintoxicarse de los problemas. Hay que buscar la felicidad de la familia por encima de todo, no dejar que la crisis nos chafe las Navidades», asegura esta artista, que no deja nunca de sonreír ni de mantener viva la llama de la inocencia: «Volvería a la infancia con los ojos cerrados. Ese sentimiento deberíamos tenerlo todos, creo que nos iría mucho mejor».
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