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La presidenta de Costa Rica pide ayuda a España por la invasión de Nicaragua

La XX Cumbre Iberoamericana aprueba una «cláusula democrática»

CARMEN DE CARLOS

Condena y medidas para futuros golpes de Estado, impulso pleno de la educación en todas sus fases, respaldo a Argentina en sus demandas por la soberanía de las islas Malvinas así como una manifestación conjunta de condolencias por la muerte de Néstor Kirchner, pusieron el punto y final a la XX Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata.

En la jornada final Venezuela y Bolivia alzaron la voz en contra de Estados Unidos por el «cable-gate», pero la ausencia de Hugo Chávez y de Evo Morales —posiblemente por el mismo motivo— evitó que se abriera una polémica en la que buena parte de los mandatarios no querían entrar. Sin Raúl Castro (Cuba) y Daniel Ortega, el eje bolivariano estaba en minoría. Su máximo representante fue Rafael Correa que prefirió reivindicar como golpe de Estado el amago de asonada de septiembre en Ecuador. Para reforzar su tesis dijo que el objetivo era su asesinato.

Con esa idea presente, los mandatarios suscribieron la cláusula democrática que, finalmente, quedó descafeinada. Su parecido con la de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) en la que se inspiró, es casi, casi, pura coincidencia. En resumen, sólo contempla que los países que sientan amenazada su democracia puedan solicitar ayuda política —nada de militar— de la comunidad iberoamericana y aquellos en los que se haya consumado un golpe queden, por consenso, expulsados. La medida no tiene carácter retroactivo así que no podrá aplicarse a Honduras.

El bloque «duro»

Las alusiones al golpe que derrocó a Manuel Zelaya también estuvieron presentes en una cumbre donde, por primera en su historia, un país no fue invitado. Cristina Fernández de Kirchner encabeza con Lula, que ayer se despedía de estas reuniones iberoamericanas, el bloque más duro. Ambos países no reconocen legitimidad al Gobierno de Porfirio Lobo pese a haber sido elegido en las urnas. Exigen el regreso de Zelaya con todas las garantías constitucionales. Sobre el ex presidente pesa una orden de arresto de inmediato cumplimiento en el momento en que pise territorio hondureño.

Daniel Ortega, en ausencia, tuvo protagonismo indirecto por el contencioso fronterizo que mantiene Nicaragua con Costa Rica. Laura Chinchilla denunció en la sesión plenaria la invasión de las Fuerzas Armadas nicaragüenses de lo que, a su juicio, es territorio propio. La presidenta y su delegación, en reserva, solicitaron a España que ejerciera sus buenos oficios en la formación de un grupo de amigos. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en rueda de prensa, declaró la «buena predisposición» de nuestro país con esa iniciativa.

La clausura de la XX Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado y de Gobierno quedó deslucida por la ausencia de media docena de presidentes.

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