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Hacia una RTVV «low cost»

La escasez de recursos impone una revisión del modelo de las cadenas autonómicas orientada a la austeridad

X. MORET

La proposición de ley presentada recientemente por el PP para permitir que cada comunidad autónoma pueda elegir el modelo de gestión de sus respectivas televisiones ha reavivado el debate sobre la privatización de los canales autonómicos. La propuesta que los populares han llevado al Congreso pretende dar libertad a cada región en la aplicación de la nueva Ley General Audiovisual impulsada por la ex vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que contempla la posibilidad de externalizar toda la producción de los entes públicos de televisión. Si bien en regiones como Madrid o Castilla la Mancha la voluntad política manifestada pasa por privatizar la gestión, en otras como Galicia o la Comunidad Valenciana, en las que entran en juego condicionantes identitarios y culturales, la apuesta pasa por mantener sus respectivos canales públicos.

De cualquier manera, sea cual sea el modelo elegido, la disminución de los ingresos publicitarios, la fragmentación de las audiencias por el aumento de la oferta con la TDT y los sistemáticos recortes en los fondos aportados por las administraciones públicas imponen cuando menos una profunda reforma de las televisiones autonómicas, atenazadas por una escasez de recursos que, con mayor o menor crudeza, se repite en todas ellas.

Más flexibilidad

El problema más grave es su sobredimensionada estructura de costes, que en muchos casos se «comen» casi por completo la financiación que reciben de los respectivos gobiernos regionales. En el caso de RTVV, tres de cada cuatro euros que recibirá del Consell en 2011 irán a parar al pago de nóminas y el resto se destinará a cubrir otros costes fijos y la producción de todos sus canales, un esquema que se repite en el resto de canales regionales. Expertos consultados explicaron que la solución de las cadenas autonómicas pasa por reducir la dependencia de los fondos públicos y adelgazar su estructura para adaptarla a las circunstancias económicas actuales.

Publicidad

En ese contexto, la desaparición de la publicidad en los entes autonómicos, posibilidad planteada por la patronal de las televisiones comerciales, se antoja una quimera. Actualmente, la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) concentra tan solo el 8% de la inversión publicitaria en España, ya que la mayor parte del «pastel» publicitario que ya no va a parar a RTVE se ha repartido entre Telecinco y Antena 3. Por escaso que sea, perder ese ingreso agravaría aún más su delicada situación.

No obstante, acuciadas por la necesidad común de reducir costes, privadas y públicas sí están de acuerdo en renegociar la cuota que están obligadas a abonar a sociedades de gestión como la Sociedad General de Autores (SGAE) o en la necesidad de reordenar el panorama de la TDT para garantizar un reparto publicitario equilibrado y parrillas de más calidad.

Contrato programa

En la actualidad, las televisiones autonómicas no tienen garantizados los ingresos contemplados en sus presupuestos, ya que los gobiernos regionales pueden recortar su asignación en mitad del ejercicio. Es el caso de la televisión de Canarias, cuya asignación para 2010 se ha reducido a 30 millones, mientras que la externalización de sus informativos le cuesta 18 millones.

La solución que plantean los expertos es la generalización del contrato programa al estilo del incluido en la nueva ley audiovisual que se debate actualmente en el Parlamento gallego. Según ese documento, la administración pública se compromete a mantener las subvenciones durante un determinado periodo de tiempo y los gestores de las televisiones a adaptar su gestión a los recursos previstos en los presupuestos.

Mejora de la productividad

La mejora de la productividad es otro de los requisitos que los expertos ponen sobre la mesa para garantizar la viabilidad de las cadenas autonómicas, donde el excesivo protagonismo de los sindicatos en la negociación colectiva ha impuesto criterios poco sostenibles, como por ejemplo el establecimiento de cuatro turnos de redacción. La intensificación del reciclaje profesional —acentuado por la renovación tecnológica— y la reducción del absentismo laboral son los otros focos en los que, según las mismas fuentes, debería abundar la regeneración de las televisiones autonómicas.

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