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Santos alerta de que «la culebra sigue viva»

El presidente de Colombia, con un apoyo del 73%, hace balance de sus cien días

ALEJANDRA DE VENGOECHEA

Mientras durante sus ocho años de mandato en Colombia, el presidente Álvaro Uribe (2002-2010) se negó a recibir a la prensa internacional y prefirió dar declaraciones a emisoras de radio de provincias, su sucesor, Juan Manuel Santos, hizo todo lo contrario. Para hacer un balance de sus primeros cien días de gobierno, Santos, ex ministro de Defensa estrella de Uribe, citó a los medios internacionales a un almuerzo en Casa de Nariño, sede presidencial. Estaba radiante. El 73% de los colombianos tiene una imagen favorable de él. El 66% piensa que ha cumplido lo prometido, según la firma encuestadora Napoleón Franco.

Santos, un economista de 59 años quien logró una de las votaciones presidenciales más altas en la historia de Colombia, ha dado golpes y mensajes contundentes desde que pisó Casa de Nariño. Lo primero que hizo fue rodearse de un equipo de trabajo técnico para delegar. Luego hizo las paces con el Poder Legislativo y con los altos tribunales. El restablecer buenas relaciones con lo institucional gustó. Santos logró abatir a Jorge Briceño, alias el «Mono Jojoy», comandante militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Como ministro de Defensa, Santos consiguió debilitar al secretariado de las FARC tras matar a cuatro de sus jefes y también lideró impecables operaciones militares como «Jaque», en la que recuperó la libertad la política Ingrid Betancourt.

Extradición de guerrilleros

Otro punto clave en su balance fue el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y Ecuador. Durante el periodo Uribe se rompieron las relaciones diplomáticas y comerciales después de que se descubriera cómo ambos países habían albergado a guerrilleros de las FARC. Lo primero que hizo Santos fue citar a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, y establecer relaciones comerciales y políticas que ya se ven: ayer, por sorpresa, Chávez ordenó la captura y extradición a Colombia de tres guerrilleros de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). «No me canso de repetir: esas relaciones con Venezuela nos convienen a todos, a los venezolanos, a los colombianos», dijo tras confirmar que cumplirá con la palabra dada a Chávez de extraditar al presunto narcotraficante Walid Makled.

«Mi hija, que estudia neurocirugía en EE.UU., dice que estamos de moda», apuntó el gobernante en su almuerzo con la prensa internacional. Y es que Santos ha mantenido el pulso firme de Uribe, uno de los presidentes más populares de la última década en buena parte por sus resultados en la guerra. «Vamos a perseverar, ¡tenemos que perseverar!... como decía Uribe, a quien tanto le debemos, “la culebra sigue viva”», concluyó.

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