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Rabat redobla la purga de testigos en El Aaiún tras la entrevista con Rubalcaba

La larga lista de expulsados se incrementó ayer con tres reporteros de «Antena 3»Dos cooperantes, también expulsados, calificaron la actuación de Marruecos de «genocidio»

D.M./M.B.

Prueba de que Alfredo Pérez Rubalcaba aun no consiguió ningún compromiso del ministro del Interior marroquí sobre la presencia de periodistas españoles en El Aaiún, es que veinticuatro horas después de ese encuentro Rabat daba otra vuelta de tuerca a su guillotina contra la libertad de expresión. Los últimos en formar parte de la nutrida lista de informadores expulsados son tres enviados especiales de «Antena 3». El martes por la noche, Iván López, Ángel Cristo, Nuria Álvarez y el guía que les acompañaba, Manuel Pío, fueron obligados a cerrar sus cámaras y silenciar sus micrófonos. Junto a ellos, llegaron también al aeropuerto de Gran Canarias la española Isabel Terraza y el mexicano Antonio Velázquez, de la asociación Resistencia Saharaui, que aseguraron haber sido testigos de un «genocidio». Una versión rotundamente opuesta a la que Marruecos ha dado a España y que el ministro Rubalcaba asumió al calificarla de «minuciosa y pormenorizada».

A su llegada a Canarias, los dos cooperantes hicieron un relato escalofriante de la intervención de las Fuerzas policiales marroquíes en el campamento saharaui de El Aaiún. Tras denunciar la «indiferencia» del Gobierno de Rodríguez Zapatero y calificar los hechos de «genocidio», Antonio Velázquez dijo que vieron una ambulancia llena de «muertos» y muchos «horrores». Por su parte, Terraza relató que la noche más larga de su vida fue una en la que escucharon «muchos gritos» y «gemidos», y cómo golpeaban una puerta y sacaban a una persona. «Fue escalofriante, pues pensamos que venían a por nosotros». La activista explicó que mientras huían del campamento vieron a cientos de personas caminando por el desierto con sus niños y bebés. «Cuando llegamos a la ciudad de El Aaiún vimos una gran humareda y gente como loca que protestaba por la actuación de Marruecos». Ante tanto horror, Terraza dice que no entiende la pertinaz negativa de la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, a no condenar esta intervención contra un campamento en el que se reclamaba una «vida digna» y el respeto a sus derechos.

Un espía marroquí

Los dos activistas y el equipo de periodistas de «Antena 3» fueron recibidos en el aeropuerto por un grupo de saharauis, que portaba banderas del Frente Polisario. Antes de la llegada del avión, varias de las personas que estaban esperando el vuelo de El Aaiún increparon a un hombre, que según los activistas, era miembro del servicio secreto marroquí. El supuesto agente secreto tuvo que ser protegido por varios policías nacionales hasta que abandonó el aeropuerto.

Los reporteros de «Antena 3» no quisieron en ese momento hacer declaraciones. Sin embargo, hace unos días uno de ellos, Iván López, reconoció en una entrevista a «Onda Cero» que lo estaban pasando mal y que eran «controlados por la policía». Los reporteros fueron interrogados «durante horas» en la habitación del hotel en el que estaban alojados, tras lo cual agentes marroquíes decidieron retirarles los pasaportes. «Nos han preguntado a qué nos dedicamos, de dónde venimos, hacia dónde vamos».

Horas después, el destino del equipo fue la expulsión. Ayer, en la puerta del hotel un policía cumplía con la orden de asegurar que el equipo de reporteros abandonaba la ciudad. Y poco después, en el aeropuerto los tres periodistas fueron cacheados, fotografiados y hasta amenazados. Un policía les lanzó esta despedida: «Olvidaos de volver a Marruecos en mucho tiempo».

Pese a los continuos ataques de Marruecos a los informadores españoles, el Gobierno de Zapatero ha optado también por silencio. De hecho, el vicepresidente primero no le planteó al ministro del Interior Cherkaoui las expulsiones de periodistas. Pérez Rubalcaba se justificó diciendo que este asunto no estaba en la agenda de la entrevista. «Solo hemos hablado de los temas que corresponden al Ministerio del Interior», se limitó a decir.

En sintonía con la inactividad del Gobierno, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, advertió ayer de que «no hay nada decidido» sobre el informe que aún debe presentar la Fiscalía de la Audiencia Nacional ante la querella interpuesta por una asociación pro derechos humanos por la muerte del saharaui de nacionalidad española Baby Hamday Buyema.

Pumpido vio algo sospechoso en la coincidencia de que la querella, dirigida contra el gobernador de El Aaiún y varios ministros marroquíes, fuera presentada el mismo día que visitaba nuestro país el ministro del Interior marroquí, de quien destacó que haya sido fiscal general de Marruecos y presidente del Tribunal Supremo de dicho país. «Ha colaborado mucho con nosotros», se conformó Conde-Pumpido.

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