HABLAN LAS VÍCTIMAS DE LA CENSURA DE RABAT
«No es una dictadura, pero no hay separación de poderes»
JOSÉ GRAU
«Marruecos técnicamente no es una dictadura, desde luego no es ni Irán ni Libia, hay Congreso, pero no separación de poderes». Eso respondió ayer Luis de Vega, corresponsal de ABC en Rabat al que las autoridades marroquíes retiraron el viernes pasado la acreditación, en ... una rueda de prensa con otros periodistas españoles expulsados. De Vega, en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), destacó que la situación de los corresponsales españoles es «catastrófica» por el acoso que sufren y que se está poniendo «en peligro su integridad física». Pero seguidamente, en su nombre y en nombre de sus compañeros, De Vega subrayó: «Ningún medio español, ningún corresponsal español en Marruecos odia al país en el que vive. Es totalmente falso que odiemos a Marruecos, como han propalado sus autoridades, es un país alucinante, con gente alucinante, pero en momentos como estos, y como periodistas que somos, no podemos trabajar como si fuéramos promotores turísticos». Por su parte, Àngels Barceló, de la SER, se quejó también del desamparo en que se encuentran los reporteros españoles en el país magrebí. Y afirmó: «Una de dos, o el Gobierno no está haciendo nada por nosotros o, si lo hace, entonces Rabat no le hace caso».
Guillaume Bontoux, francés, colaborador de RNE expulsado de El Aaiún, señaló que los periodistas de «Le Monde» o «Le Figaro» han podido acceder al campamento saharaui, mientras que a los españoles no se lo permiten, y que no entendían cómo él, siendo francés, podía trabajar para un medio español.
El presidente de la APM, Fernando González-Urbaneja, afirmó que lo publicado por los informadores españoles en Marruecos estaba a la altura de los mejores patrones de la Ciencia de la Información.
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