José Ángel Mañas regresa al terreno de la novela negra con «Sospecha»

Hay cineastas de una sola película, músicos que mueren eclipsados por el éxito de un solo disco y, cómo no, escritores cuya carrera literaria se sustenta en una única novela. Cuando José Ángel Mañas publicó «Historias del Kronen», hace más de 15 años, muchos se aventuraron a dibujarle un futuro marcado inexorablemente por el éxito de este libro, sin más. Pero se equivocaron y así lo atestiguan las diez novelas que ha publicado desde entonces. La última de ellas es «Sospecha» (Destino), un libro con el que Mañas vuelve a adentrarse en el terreno de la novela negra y popular.

«Es mi décima novela personal y eso supone una gran satisfacción. Cuando empecé la gente pensaba que iba a ser escritor de un solo libro, pero el tiempo ha demostrado que no». Un tiempo que le ha sentado muy bien al Mañas escritor, mucho más maduro y seguro en su planteamiento y estilo narrativo. «Alguna de las críticas que en su momento tuve que escuchar fue que no era capaz de fabular, ya que “Kronen” tenía una parte autobiográfica. Pero lo cierto es que 15 años después se sigue hablando de la novela, cuando el tiempo de vida de cualquier libro no supera los cinco años, así que algo de poso literario debería tener», se queja el escritor. Unas quejas que, veladamente, también vierte sobre alguna de las adaptaciones cinematográficas de sus novelas («la primera siempre te violenta», dice en relación a la película de Montxo Armendáriz), aunque no deja de reconocer que le debe mucho al cine, «el gran arte narrativo de nuestro tiempo».

Es a ese tiempo, al nuestro, al que transcurre en la periferia de toda gran ciudad, al que José Ángel Mañas dedica «Sospecha», un libro que, como el propio Mañas reconoce, parte de la anécdota de Bill Clinton y Mónica Lewinsky. «Versa sobre todo de la necesidad de confianza, ya que cuenta la historia de cómo un policía se convierte en el principal sospechoso del horrible crimen que investiga. El argumento podría incluso extrapolarse a la propia sociedad en estos tiempos de crisis en los que la desconfianza es generalizada, y es ésa la parte de crítica social del libro», explica Mañas. «Me gusta meterme en la mente de personajes que son capaces de hacer cosas que yo jamás haría, porque así puedo liberarme de todas esas pulsiones contenidas».