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LIGA BBVA

Bota de Oro busca goles

Forlán anotó tres tantos en las dos primeras jornadas y lleva ocho sin marcar. El Mundial le pasa factura. Y sus enfados con el club. Desea silenciar bocas frente al Osasuna

AFP

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Fue el mejor rematador de Europa en la Liga 08-09 y el mejor jugador del Mundial 2010 , pero los equipos no viven de las viejas Botas de Oro. Dos meses sin rendimiento colocan a cualquier estrella en la picota. Diego Forlán (Montevideo, 19-5-79) se siente una diana desde que un sector de la afición del Atlético le silbó desde el mes de febrero de la temporada pasada, aunque al final volviera a convertirse en el máximo goleador del equipo.

Terminado el campeonato español, brilló con Uruguay en África del Sur. A los seguidores rojiblancos les dio igual. No ha vuelto a congraciarse con el Calderón. Tres goles en diez jornadas delatan su carencia de chispa tras el desgaste mundialista. Su puesta en el mercado de verano se reedita este invierno. Hay otra razón de la crisis: su desencuentro con el club.

Renovó sin rueda de prensa

Desde el año pasado, «el Rubio» se siente ninguneado por la entidad. Tratado como segundo plato. Él, que remató la Europa League con dos aciertos. Renovó en el otoño de 2009. Y el Atlético no convocó ninguna rueda de prensa para anunciar que su gran goleador continuaba en la casa. Ahora, los nuevos contratos de Reyes, Ujfalusi y Assunçao sí han merecido audiencia pública. Forlán quiere acabar ante el Osasuna ( Sábado, 20.00 horas ) con todos esos sinsabores . Dentro y fuera del campo. Pretende sellar varias bocas. Tiene a los navarros en su mirilla de «killer».

El «Rubio» comenzó la Liga como nunca lo había hecho en su vida. Firmó dos tantos frente al Sporting en el estreno de la campaña y consiguió otro en la visita a San Mamés. Todo fue un espasmo. Un espejismo. Acumula ocho jornadas de sequía. El uruguayo empezó a pagar la falta de pretemporada ideal que provocan cada dos años los torneos oficiales de selecciones.

Diego sufre la misma carencia de energía que acusa Xavi. Forlán acusa la falta de velocidad que notaba David Villa, otro goleador criticado hasta hace dos semanas por su ausencia de goles. La diferencia es que el delantero rojiblanco tarda más en recuperar la forma. La veteranía es un grado y también un «handicap».

El recordatorio periódico de su flojo rendimiento suscita tensión en Quique Sánchez Flores y en el propio futbolista, que observa cómo otros futbolistas no sufren ese acoso cuando no alcanzan el nivel esperado. Los dirigentes del club reflexionan que Forlán es demasiado individualista, no piensa en el equipo, y esa postura le perjudica. A sus 31 años, es muy tarde para cambiar. Los goles son su única pócima.

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