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El País Vasco marca en su historia el 10-N, Día de la Memoria que honra a las víctimas

Aralar y EA dan la espalda a un homenaje histórico a todas las víctimas «sin excepción ni excusas»

TELEPRESS

ITZIAR REYERO

Apenas un puñado de hojas del calendario han resistido a los mortales zarpazos del terror en el doloroso historial del País Vasco. Una de esas jornadas de alivio es el 10 de noviembre, a partir de este año «Día de la Memoria», con cuya institucionalización se rinde un homenaje colectivo anual a las miles de personas asesinadas y heridas por la barbarie. A todas, «sin excepción» y «sin excusas», reivindicaron ayer las instituciones vascas en una cadena de actos que escenificó la voluntad real de la mayoría ciudadana por convertir su memoria en el «referente de un futuro en paz» y una «convivencia en libertad».

Patxi López presidió ayer en los jardines de Ajuria Enea la inauguración de una escultura del artista Agustín Ibarrola, a la que asistió medio centenar de familiares y víctimas del terrorismo. La AVT, Dignidad y Justicia, Covite, las fundaciones Tomás Caballero, Fernando Buesa, Alberto Jiménez Becerril y Miguel Ángel Blanco, así como la Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo (Acfsevt) figuraron entre las familias de damnificados que acudieron de toda la geografía española. A todos ellos el lendakari elogió por su «paciencia infinita» y dignidad con la que han superado en silencio el dolor y la soledad que durante años buena parte de la sociedad no quiso ver. Y nunca pidieron venganza, solo justicia. «Recordar es dar sentido al sufrimiento padecido. Es la forma que tenemos de mirar atrás y recordar, porque no se puede olvidar si no queremos perder nuestra propia dignidad, los asesinatos, los atentados, los secuestros, las extorsiones, la amenaza y el ataque permanente a nuestra libertad», dijo el lendakari, consciente de que si bien la memoria «no salda la deuda», alivia. «Las víctimas son el símbolo de la libertad y el pluralismo en Euskadi» y la sociedad debe impedir que los asesinos «borren su identidad» y las conviertan en una «impersonal nómina de daños irremediables al servicio de una misión».

Amplia representación

Los protagonistas vivieron la jornada entre el recuerdo emocionado y el alivio de un reconocimiento social que, constataron, «llega tarde». «Me siento bien. Este Día de la Memoria era necesario porque me niego a que mi hijo, Jorge Díez Elorza, sea un número redondo», comentó Begoña, madre del ertzaina asesinado junto a Fernando Buesa en Vitoria en febrero de 2000 cuando realizaba labores de escolta. «Es un gran paso en el camino adecuado. Es importante para mirar al futuro», destacó Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel, el concejal del PP en Ermua. «Estamos orgullosos de que por fin se nos reconozca, aunque la atención y el reconocimiento a las víctimas más allá del País Vasco es deficitaria», constató Francisco Zaragoza, presidente de la Acfsevt.

Los actos se sucedieron a lo largo de toda la jornada en los parlamentos provinciales, en numerosos ayuntamientos y en el Parlamento vasco. «La memoria no sólo constituye un derecho fundamental de las personas que han sufrido la violencia terrorista. Es un argumento primordial que contribuirá a construir un relato compartido y genuino de lo ocurrido, a través de la mirada de la víctima, en el que la violencia y sus justificaciones queden definitivamente desterradas», leyó la presidenta de la Cámara, Arantza Quiroga.

Pero la unión de los partidos se fracturó por el desmarque de Aralar y EA, las dos formaciones hermanadas con Batasuna en el «polo soberanista», que estimaron «incompleto» el homenaje al no estar incluidas expresamente las víctimas provocadas por el franquismo y de las Fuerzas de Seguridad del Estado. «La memoria pone nombres y fechas allí donde el terrorismo pone excusas y justificaciones imposibles. Hoy recordamos a todas las víctimas del terrorismo, sin excepción», zanjaba el texto oficial. Pese a todo, Aralar se manifestó a las puertas del Parlamento con pancarta.

El memorial se trasladó a la academia de la Ertzaintza de Arcaute. Quince policías autonómicos vascos asesinados desde 1985 y decenas de heridos en actos de servicio. El lendakari agradeció su «sacrificio irrepetible» de estos guardianes de la libertad, gracias al cual «los vascos son hoy más libres». Por la tarde, Patxi López presidió otro homenaje en la localidad guipuzcoana de Andoain, elegida por ser una de las que más ha sufrido la violencia, con siete víctimas mortales de ETA, de la Triple A y del Batallón Vasco Español.

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