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EUROLIGA

El Madrid sufre en la Caja Mágica

El conjunto de Ettore Messina derrota Brose Baskets por 83-81

EFE

EMILIO V. ESCUDERO

El Madrid sufre para ganar en la Caja Mágica Si el partido tenía que ser un plebiscito para decir sí a la mudanza al Madrid Arena, la respuesta no pudo ser más contundente. Apenas 4.632 espectadores se acercaron anoche para presenciar el triunfo blanco ante el campeón alemán (83-81) , en un partido en el que volvieron a verse las carencias que sufre el conjunto de Messina.

El ambiente, más frío de lo habitual en los inicios del partido, contagió al Real Madrid, que tardó en cogerle el aire al encuentro. Con la versión B de Sergio Rodríguez al mando, al equipo se le notó fuera de sitio. Sin rumbo. Apoyado en el rebote ofensivo, el Madrid capeaba el temporal como podía, lastrado por un acierto lamentable en tiros de campo. Paradójicamente, fue la salida de uno de los proscritos del inicio de temporada lo que lideró la resurrección blanca. Novica Velickovic, ninguneado durante gran parte del arranque de la liga y la Euroliga, desatascó el juego del Madrid y demostró que debe tener más minutos en este equipo.

A mitad del segundo cuarto (26-34, min. 17), Messina se dio cuenta de que sin defensa no podían ir a ningún sitio y pegó cuatro voces de las suyas que surtieron efecto inmediato. El parcial de 9-0, culminado con un mate espectacular de Llull, le dio la vuelta al marcador (35-34) a falta de un minuto para el descanso. El trabajo de Tomic (9) y Reyes (18) bajo los tableros estaba dando sus frutos y una canasta sobre la bocina de Tucker (9 puntos) puso al Madrid en ventaja al descanso (37-36). Mención especial se merece Carlos Suárez, el escolta silencioso. Anoche, con sólo 7 puntos en su casillero, acabó el encuentro con 26 de valoración, fruto de su lucha en la pintura (9 rebotes, 3 ofensivos) y su defensa sin descanso. Alguno debería tomar nota.

Parecía que la empanada blanca se había quedado en la pista antes de irse a los vestuarios, pero volvió a aparecer nada más regresar. Un parcial de 8-0, con Roberts y Hines haciendo daño, devolvió la ventaja a los alemanes (37-44, min.23), jaleados desde la grada por un numeroso grupo de aficionados. Tibor Pleiss, el gigante teutón por el que suspira media Europa, apenas pudo participar de la fiesta porque se cargó muy pronto de personales.

La solución de Messina volvió a estar en el banquillo. Buscando el símil futbolístico, el italiano le hizo un «Canales» a Sergio Rodríguez y puso en cancha a Tucker y Velickovic. La intensidad defensiva subió de manera exponencial y el Brose se vino abajo.

Hubo que esperar al tercer cuarto para ver el primer triple blanco, obra de Llull , que dio inicio a la remontada del Madrid, cerrada, esta vez , con un triple de Tucker que volvió a dar ventaja a los suyos antes del último descanso (55-54, min. 30). Los ocho puntos de Reyes en el último cuarto y el corazón de Sergio Llull no bastaron para cerrar una victoria que, a priori, tenía que haber sido más sencilla para el Real Madrid. Un tiro libre errado por Suárez a falta de 8 segundos, le dio la oportunidad de empatar al Brose y forzar la prórroga (73-73, min.40).

En el tiempo extra, el Madrid supo manejar mejor los tiempos. Garbajosa rompió la igualdad con un triple y Llull consolidó la diferencia con un par de tiros libres. El equipo alemán, lejos de descomponerse, aguantó el tipo y volvió a poner la igualada con nueve segundos por jugarse (81-81) y fue entonces cuando surgió la imponente figura de D’Or Fischer para palmear un tiro de Llull y darle el triunfo al Real Madrid. Una victoria sufrida, más de lo esperado, que tuvo como colofón el grito de la afición pidiendo unánime el cambio de escenario: «Queremos el Madrid Arena». No hay debate.

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