Unas 20 especies basan más del 50% de su alimentación en él porque es el invertebrado de mayor tamaño y en otoño e invierno no hay más alternativas

El 60% de los animales autóctonos de las marismas del Guadalquivir han incluido en su dieta al cangrejo de río americano, endémico del golfo de México, según la investigación realizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana.

Cuanto mayor es el consumo de cangrejo por parte de una especie, mayor ha sido el aumento de su población a lo largo de los años. En el caso de las aves depredadoras que hibernan en la zona, por ejemplo, la población total se ha multiplicado por 300, un incremento muy superior al experimentado en el resto de Europa y al deseado. Las herbívoras, en cambio, han permanecido estables durante los últimos 30 años, explica el científico José Luís Tella.

En la actualidad, unas 20 especies basan más del 50% de su alimentación en él. La explicación es simple: es el invertebrado de mayor tamaño del lugar, con un peso superior a los 20 gramos por individuo, y en otoño e invierno no existen presas alternativas.

Cadena trófica alterada

El Procambarus clarkii colonizó el Guadalquivir desde su introducción en 1973, cuando algunos ejemplares juveniles escaparon de un cultivo de acuicultura en Puebla del Río (Sevilla). No obstante, la especie tardó diez años en alcanzar un número significativo para colarse en el menú de algunos.

«Harán falta muchos estudios para conocer cuáles serán sus efectos sobre el entorno a largo plazo», puntualiza Tella. De momento, se sabe que el Procambarus clarkii «desestabiliza la cadena trófica y la vuelve menos compleja». El cangrejo compite por el alimento con los herbívoros y otros carnívoros primarios y transmite el fujo energético de las marismas sólo a los depredadores que lo capturan.

Dada que su erradicación es «virtualmente imposible», Tella sugiere la creación de algún plan de gestión para evitar la pérdida de otras especies. Su eliminación brusca supondría un colapso para aquellos que se nutren gracias a él. Y cada año se recogen toneladas de estos ejemplares para su comercio.