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Cuando Barack Obama era Barry Soetoro

El presidente de EE.UU. vuelve a Indonesia, el país donde pasó cuatro años de su infancia y que ha inspirado la leyenda urbana sobre el «cripto-musulmán» en la Casa Blanca

AP

PEDRO RODRÍGUEZ

De toda la gira asiática protagonizada por el presidente de Estados Unidos, su llegada este martes a Indonesia tiene un poco de vuelta a casa. Una casa muy importante pero también problemática. Ya que ese gigantesco archipiélago de 17.000 islas en el Pacifico alberga a la mayor población islámica en todo el mundo; es donde Obama pasó una parte de su infancia globalizada; y es el origen de toda la retorcida leyenda urbana que atribuye al ocupante de la Casa Blanca la condición de "cripto-musulmán".

En la capital Yakarta -donde vivió desde los seis a los diez años como Barry Soetoro- Barack Obama tiene previsto recalcar una vez más cuestiones clave en su agenda diplomática como la importancia de la tolerancia religiosa y no caer en la deliberada trampa terrorista de enfrentar a la fe musulmana con Occidente. Amplificando una vez más el mensaje lanzado en su discurso clave de junio del 2009 en Cairo .

Al volver, Obama ha reconocido todo lo que ha cambiado Indonesia desde que salió en 1971 al volverse con su madre a Hawai. Según el presidente: "Apenas he reconocido la ciudad cuando he pasado por sus calles. Lo único que había cuando nos mudamos a Yakarta era el centro comercial Serana, y ahora es uno de los edificios más pequeños". Memorias mezcladas con elogios, al destacar el éxito de Indonesia "al ingeniárselas para crear una genuina democracia" a partir de una población enormemente diversa. Con 300 grupos étnicos, más de 200 millones de musulmanes y también minorías que profesan la fe cristiana, hindú y budista.

Obama vivió en Yakarta

La simbólica visita a Indonesia ha sido suspendida dos veces por problemas en la agenda del presidente americano, con la mala suerte adicional de un recorte del tiempo previsto en esta ocasión, con el fin de evitar la erupción del volcán Merap i y sus efectos intrusivos en el tráfico aéreo. Quizá sea posible un poco de visita nostálgica el año que viene, cuando Obama retorne a Indonesia para una gran cumbre asiática.

Obama vivió en Yakarta durante y después del matrimonio de su madre, Ann Dunham, con el indonesio Lolo Soetoro. El padrastro era musulmán y durante aquellos años, el entonces Barry se escolarizó primero en un colegio católico y después en un centro público, que sus enemigos políticos han intentado transformar en una terrible madraza integrista. Propaganda que también ha explotado el hecho de que el pequeño Obama tuviese ocasión de conocer el Corán y visitar la mezquita local.

Las sospechas del islamismo de Obama han crecido con su impopularidad en Estados Unidos

Esta mezcla de detalles biográfico y manipulación interesada, que empezó a airearse durante la campaña presidencial del 2008, ha alimentado la creencia de que Obama es un secreto musulmán en la Casa Blanca. Según encuestas, como el sondeo elaborado este verano por el Pew Research Center , el número de estadounidenses convencidos de que el presidente Obama es musulmán ha subido significativamente desde su toma de posesión. Hasta situarse en casi un treinta por ciento de la población americana, incluso antes de que estallase la polémica sobre la construcción de una mezquita junto a la "zona cero" de Nueva York.

Las sospechas del islamismo de Obama han crecido con su impopularidad en Estados Unidos. A pesar de que la Casa Blanca haya denunciado que estos prejuicios se encuentran alimentados por "campañas de manipulación" a cargo de opositores políticos del presidente. Dentro de este flujo de conspirativos esfuerzos de descrédito también figuran cuestiones sobre el lugar de nacimiento del presidente, al que la Constitución exige el requisito de haber nacido en territorio de Estados Unidos.

Pese a todo, en Yakarta, el presidente tiene previsto visitar la gigantesca mezquita de Istqlal , la mayor de todo el sudeste asiático. Según Obama, uno de sus principales objetivos en la arena internacional sigue siendo aliviar la desconfianza e incomprensión acumulada entre Estados Unidos y países musulmanes. Para ello, la Casa Blanca insiste en una agenda de cooperación que vaya más allá de inmediatas cuestiones de seguridad. Aunque al hacer balance en Yakarta, el presidente ha reconocido que todos estos esfuerzos, por ahora, resultan "incompletos.

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