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La odisea de un discapacitado para perder su virginidad

Una película recreará la aventura de Asta Philpot, que viajó de Leeds a Gerona para tener su primera relación sexual en un prostíbulo

La odisea de un discapacitado para perder su virginidad R.C.

ARTURO CHECA

A sus 28 años, Asta Philpot (Miami, 1982) tiene un rostro que se diría casi aniñado. Sus ojos ríen. Y en su boca pocas veces se desdibuja la sonrisa. «Yo soy siempre feliz», confiesa. No es fácil creer esa afirmación en alguien que lleva postrado ... en una silla de ruedas desde que dejó la cuna. Una artrogriposis de nacimiento le privó de toda movilidad de cuello para abajo. Pero no arrebató a Asta ni un ápice de su ilusión por vivir , ni sus ganas de luchar por romper tabúes y prejuicios. «Siendo discapacitado es muy difícil encontrar el amor y relacionarse con mujeres. He sido juzgado por mi apariencia desde el día en que nací». Su actitud ante la vida cambió cuando un amigo suyo de Leeds, la ciudad en la que reside, murió a causa de su enfermedad sin haber tenido ni una sola experiencia sexual. Ello empujó a Asta a dar un primer paso: modelo a imitar para muchos, motivo de crítica para otros .

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