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Las térmicas volverán a quemar carbón tras más de un año paradas

Industria da tres días a mineras y eléctricas para firmar los contratos de compra

DIEGO L. GONZÁLEZ

Las cuatro centrales térmicas de Castilla y León arrancarán a partir del viernes. Después de casi un año y medio de inactividad, volverán a producir energía eléctrica, quemando carbón nacional de las minas del Bierzo, Laciana, Norte de León, Palencia y Asturias. Sus calderas fueron «preparadas» ayer por el Ministerio de Industria con la publicación en el BOE, de la normativa que regulará la aplicación del Real Decreto que regula el pago de incentivos para el consumo de mineral autóctono.

Más allá de las complejas operaciones y sesudos cálculos que determina la resolución ministerial, las térmicas de Compostilla II y Anllares, en el Bierzo, La Robla y Guardo consumirán casi dos millones de toneladas de carbón hasta fin de año. Algo más de la mitad se quemarán en la de Compostilla II, en Cubillos del Sil. Será carbón suministrado por las empresas Uminsa, Coto Minero Cantábrico (CMC), Alto Bierzo y Carbones Arlanza. La térmica de Anllares del Sil consumirá 310.513 toneladas de carbón extraído; la central de La Robla quemará otras 328.295 toneladas y la térmica de Guardo, en Palencia, tiene asignado un cupo de 277.593 toneladas de carbón. Las ventas de las compañías mineras se completarán con entregas de parte del carbón que se ha ido almacenando a lo largo de más de un año y que ha comprado la sociedad estatal Hunosa, en virtud al llamado «almacenamiento estratégico temporal de carbón».

La orden de Industria también determina los volúmenes de producción de energía en cada central térmica. Así, en Compostilla se alcanzarán los 2.464 gigawatios por hora; Anllares llegará a los 765; La Robla generará algo más de 723 y en Guardo se producirán 720 gigawatios por hora.

La nueva normativa entró en vigor ayer. A partir de ese momento, las mineras y las compañías eléctricas tienen tres días para formalizar los contratos de compromiso de compraventa de carbón. La situación debe contribuir a devolver cierta liquidez a las empresas mineras. Aún así, la patronal carbonera insiste en que llega tarde y sólo asegura la compra de parte del carbón extraído. La vuelta a la normalidad conllevaría, a la vez, la retirada de los Ere que afectan a 580 trabajadores de las minas a cielo abierto del grupo Victorino Alonso.

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