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«En la renovación del PP no hay vuelta atrás»

Javier Moliner, primer exponente del relevo generacional en el PPCV, comparte con ABC una jornada de trabajo en la que la gestión municipal y la tarea orgánica en Castellón marcan la agenda de un político de la nueva hornada

ALBERTO CAPARRÓS

Nada ha cambiado en la rutina de Javier Moliner (Castellón, 1975) desde que hace ocho días la Junta Directiva del Partido Popular de Castellón le proclamara por unanimidad candidato a presidir la Diputación. ABC compartió el jueves una jornada de trabajo con el dirigente que encarna el primer gran relevo generacional en el PPCV. Un «día tipo de trabajo» marcado por una apretada agenda en la que extrajo tiempo para reflexionar sobre su futuro político.

Las encuestas internas, en las que ya aparece su nombre, indican que pasará de candidato a relevar en el cargo a Carlos Fabra en mayo del próximo año. Un colofón para un ingeniero industrial dedicado desde hace quince años a la política. «Los sondeos señalan que revalidamos la victoria en los feudos en los que ya gobernamos y apuntan una caída media en la intención de voto al PSPV de entre tres y cuatro puntos». Una circunstancia que podría provocar un vuelco electoral en ciudades como «Benicasim, Onda, Vinaroz y l'Alcora», principales feudos socialistas en la provincia.

Relación con los Fabra

Ojea rápido los periódicos. Apenas le dedica unos minutos. Centrado en la gestión desde su cargo de vicealcalde de Castellón y en los preparativos de la precampaña, Moliner no tiene prisas por consumar el relevo de Carlos Fabra al frente de la formación. Aunque la convocatoria del congreso provincial del PP responderá a una decisión personal del actual presidente, su «delfín» abre una amplia horquilla temporal, «que oscila entre diciembre de 2011 y el verano de 2012». «No tendría sentido —sostiene— solapar los esfuerzos que implica la celebración de un congreso con los de la campaña de unas generales».

En todo caso, Moliner tiene claro que «no hay vuelta atrás en la renovación». «Carlos Fabra y yo somos los responsables de campaña, vamos de la mano en todo, incluso en la confección de las listas, merced a un contacto fluido y permanente. Hay un espíritu renovado, pero no cambia el proyecto político del PP», remarca.

La primera llamada que recibe es la de Alberto Fabra. La coordinación entre ambos es máxima. Desayunan a diario. Salvo los jueves, cuando el alcalde se traslada a las Cortes Valencianas. «Para Alberto Fabra ha sido una victoria situar a la persona de su máxima confianza al frente del partido. Él no ha tenido la ambición de la política provincial y su reto es la Alcaldía de la capital».

Son las nueve de la mañana y Moliner abre el fuego con una entrevista en Radio 9. Puntual, con traje gris y corbata azul, acude a los estudios del ente público. El hombre que representa el futuro del PP en la provincia de Castellón aplica la máxima de que «todo el que quiere hablar contigo ha de poder siempre». Desde los medios de comunicación hasta los vecinos que acuden al despacho de la Vicealcaldía. Una forma de entender la política desde la cercanía, heredada de Carlos Fabra. «Con el actual presidente comparto el objetivo común de pensar siempre en Castellón. Todo lo demás es salvable con empeño y voluntad».

Gestión municipal

Moliner aprovecha su presencia en Radio 9 para mantener, al término de la entrevista, un breve encuentro con un amigo en una cafetería cercana. Suena el móvil por el camino. Combina el trabajo en el Ayuntamiento con el orgánico. «Alberto Fabra y yo hablamos con Rajoy en la convención municipal de Barcelona. Tenemos claro que hay un escenario de renovación, donde emergemos como nuevas figuras. Un proceso similar al de Galicia, País Vasco o Cataluña, con un discurso renovado y fresco».

Sobre Camps, se muestra claro y conciso: «Nuestra relación personal y política es excelente. En lo institucional, reivindicativa. En el Partido Popular caben todos los modelos y las sensibilidades».

Rumbo al Ayuntamiento. Le esperan tres visitas. Dos empresarios y el alcalde de Benicarló. La representante de los vecinos de Tossal Gros acude para plantearle un problema sobre la urbanización del barrio. Sus secretarias le toman el número de teléfono. Otro hombre hace lo propio. Se repite la escena. «Hoy no les puedo atender, pero les llamaré. Resulta imprescindible captar los “inputs” de la gente de la calle».

Un político en la Red

Moliner responde a diario «entre quince y veinte mensajes privados» en Facebook, la red social en la que cuenta con 3.400 amigos, «la mayor cifra entre los políticos de la provincia». «Atiendo todas las demandas. Hasta las de un jardín municipal que no está bien cuidado. Se trata de mantener una relación sin jerarquías, en la que no haya diferencias».

En su afán de resolver problemas, es capaz de encontrar un reservado para que cinco personas acompañen a Johan Cruyff en un restaurante de Castellón para que vean un partido del Barcelona en una pantalla de plasma. Defiende el impacto para la provincia del Masters Costa Azahar, pero declara no ser «golfista». En cambio, sí proclama su sentimiento «albinegro» a pesar del declive del Club Deportivo Castellón.

Tarea institucional

Al margen de desempeñar el «rol de gerente del Ayuntamiento» en una suerte de modelo que se asemeja a un consejo de administración, Moliner —gran aficionado a los toros y lector confeso de las obras completas de Miguel Delibes— ejerce la representación institucional ante las ausencias de Alberto Fabra.

En este caso está citado a un acto contra la violencia doméstica en la Universidad Jaime I. El reloj corre y Moliner debe cancelar su presencia en las comisiones informativas del Ayuntamiento Las manecillas tocan la una de la tarde. Despacha unos temas con sus colaboradoras y marcha raudo. Le para una vecina a las puertas del Consistorio para darle dos besos. Sube al coche, «siempre al lado del conductor y nunca detrás». De camino, observa las diferentes obras públicas que está construyendo el Ayuntamiento. Anota en la agenda una visita para los próximos días. Despacha por el móvil los puntos del día de la próxima junta de gobierno. Repasa un discurso que luego no leerá.

A la llegada a la UJI le esperan el rector, Vicent Climent, y el subdelegado del Gobierno en la provincia, Antonio Lorenzo. Participa en el acto. Saluda a los estudiantes. Departe con el padre de Rocío, víctima de la lacra de la violencia machista en noviembre de 2009. Atiende a los medios de comunicación.

Rumbo al Casino de Castellón. Allí le espera un selecto grupo de representantes de la sociedad civil de la provincia, como el presidente de la Audiencia, el director general de Tau, el presidente de la Caja Rural o el propio rector, entre otros. Comparte comida con ellos y el sociólogo Amando de Miguel, a quien horas después presenta en una conferencia en el hotel Intur. Moliner ha impulsado un foro de opinión por el que ya han pasado Carlos Rodríguez Braun o Enrique Loewe.

Cinco en punto. Acaba la comida. Moliner enfila andando el camino hacia el Ayuntamiento. Todavía le restan dos reuniones internas para abordar asuntos de gestión. La conferencia del Intur cierra una jornada pública que acaba, como de costumbre, ya en casa, con la despedida a través de Faceboook.

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