El Govern aconseja prohibir el «burka» en las aulas pero da luz verde al «hiyab»

«Burka» no, «hiyab» sí. Es la consigna que la Generalitat ha dado a las escuelas catalanas respecto a la permisividad de determinadas prendas identitarias religiosas. La guía para la gestión de la diversidad confesional en los centros educativos, que ayer presentó el conseller de Vicepresidencia, Josep Lluís Carod-Rovira, pretende orientar a los colegios sobre cómo actuar ante situaciones como la vivida en el centro Annexa Joan Puigverd de Girona, que dudó sobre escolarizar a la pequeña Shaima por llevar «hiyab», o el del centro las Concepcionistas de San Lorenzo del Escorial, que se negó a aceptar en clase a una alumna por llevar el pañuelo tradicional marroquí.

Ante estos casos, la guía del Govern recomienda prohibir los polémicos velos integrales, «niqab» y «burka», —el primero cubre el pelo y la cara pero se ven los ojos, mientras que el segundo cubre pelo, cara y ojos con un tejido enrejado— alegando que «pueden interferir en el aprendizaje y la intercomunicación del alumno». Permite, sin embargo, el «shayla» —pañuelo largo y rectangular utilizado en el Golfo Pérsico que cubre pelo y orejas—, el «hiyab» —pañuelo que usan las mujeres musulmanas que cubre el pelo, las orejas y el cuello pero deja el rostro al descubierto— y el turbante «sikh» o la «quipà» —pequeña gorra plana usada por los judíos que oculta una parte de la cabeza—. La Generalitat entiende, y así lo expone en su guía dirigida a los centros educativos, que estas últimas prendas, que no cubren la totalidad del rostro, «no perjudican al niño» ni son un obstáculo para el correcto desarrollo del proceso educativo.

En sus recomendaciones, el gobierno catalán expone que «luchar contra la sumisión de la mujer o contra la imposición religiosa en las escuelas son acciones loables que no pueden hacerse nunca a costa de provocar un perjuicio a un niño o adolescente, como por ejemplo su desescolarización». En el otro extremo, limita formas de vestir que persigan la exaltación y exhibición de partes sensuales del cuerpo, por razones obvias y de sentido común, señaló ayer el vicepresidente. En una atención a los medios, Carod pidió que «no se creen problemas donde no los hay», puesto que «tampoco se permite ir a la escuela con pasamontañas».

La guía del Govern, que recoge la legislación vigente en la materia, aborda también las festividades, la alimentación y las materias del currículum, todo relacionado con la diversidad religiosa. Entre otras cosas, aconseja que las escuelas aprovechen las celebraciones de las diversas religiones del alumnado para explicar la diversidad de forma inclusiva y no confesional y recuerda que «no se contemplan exenciones de contenidos obligatorios» por razones de diversidad religiosa. En cuanto a la alimentación, explica cómo compatibilizar la diversidad cultural y religiosa con «no haber de multiplicar los menús».