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El cibertaxi ya corre por Madrid

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S. M.

La crisis atenaza al sector del taxi. Sus responsables aseguran llevar dos años de calvario, con una caída sistemática de los clientes y una mayor competencia en las calles: hay cada vez más conductores —el sector se ha convertido en un refugio para muchos desempleados—, y un intrusismo creciente y no lo suficientemente combatido por las autoridades, denuncian. La situación, dicen, es límite. Por eso, han decidido pasar a la acción.

De momento, en la principal asociación del sector, la Gremial del Taxi, llevan todo el mes de octubre recogiendo entre sus miembros propuestas para salir de la crisis. El resultado de esta «tormenta de ideas» se someterá a referéndum en noviembre. La idea surgió en la última asamblea de esta entidad, en la que un 80 por ciento de los presentes apoyaron la iniciativa de aportar soluciones y votarlas.

La Gremial, que preside José Luis Funes, ha canalizado así el malestar de sus asociados: durante todo el mes de octubre recogen las propuestas que lleguen avaladas por, al menos, un 1 por ciento de los asociados —unas 90 firmas—. Las ideas que cumplan estos requisitos serán votadas en referéndum en la segunda quincena de noviembre.

Menos exámenes

Una de las quejas más escuchadas es la relativa a la regulación horaria: en el sector han aumentado sensiblemente los conductores. Para muchos desempleados, sacarse la cartilla y buscar un taxi para trabajar ha resultado una solución para ganarse la vida. Pero la crisis ha hecho descender el número de clientes casi en la misma proporción en que aumentaban los conductores.

El presidente de la Gremial del Taxi, José Luis Funes, pidió directamente al concejal de Movilidad, Pedro Calvo, aprovechando los actos de la Semana de la Movilidad, que redujera de manera temporal la cadencia entre los exámenes para obtener el permiso de conducir taxis, de manera que descendiese el número de nuevos conductores que salen a la calle cada mes.

Muchos profesionales del volante defienden que es necesaria una regulación de horarios de trabajo, que debería quedar fijada en la futura ordenanza municipal del sector que se negocia desde hace muchos meses con el Ayuntamiento. Unas negociaciones que, explica el presidente de la Federación Profesional del Taxi, Mariano Sánchez, están paradas «desde antes del verano». Portavoces oficiales del Ayuntamiento aseguran que se han mantenido conversaciones de modo no formal, y «sigue abierta la vía negociadora» para consensuar esta norma.

Pero el del horario no es el único motivo de malestar para los taxistas: están también inquietos por lo que consideran «políticas en contra del sector». Ponen como ejemplo la renovada calle de Serrano, donde en el día de su estreno «no se habían puesto paradas para taxis».

Menos paradas

En esta misma línea, la Gremial y la Federación Profesional aseguran, en una queja conjunta, que «el Ayuntamiento persigue de forma sistemática la eliminación de las paradas de taxi, contribuyendo con ello a que haya un número innecesario de vehículos en circulación, colapsando aún más el tráfico rodado y generando una contaminación innecesaria».

Pero la mayor de las quejas vienen por la negativa a dejarles llevar publicidad en el exterior de los taxis. No entienden que no se les acepte esta petición —que supondría un balón de oxígeno para sus economías—, mientras se admite la publicidad en los autobuses de la EMT o ven cómo taxis de otros municipios de Madrid sí pueden llevarla. Es, sin duda, la patata caliente de la nueva ordenanza.

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