Como «boda de ensueño» calificaba la prensa local el enlace contraído el pasado sábado por María Elena Torruco Garza y Carlos Slim Domit, el primogénito del hombre más rico del mundo (los años pares; los impares son para Warren Buffett, mientras que los bisiestos se los reserva Bill Gates) y el único aún soltero de los seis hermanos. La ceremonia religiosa fue oficiada por el obispo de Ecatepec y empresario taurino (aquí, el asunto de los cuernos es irrelevante) Onésimo Cepeda, en la parroquia de San Agustín de la Ciudad de México.
El novio, de 43 años, esperaba unirse como Dios manda a su novia de 27 tras una década de salir juntos (sobre todo, en las revistas y suplementos del «cuore» y de la «jet»). Él, empresario (presidente del consejo de administración de Teléfonos de México y director general de Grupo Carso); ella, directora de la carrera de Gastronomía en una universidad propiedad de su familia. Una boda de sangre: no azul, sino verde (el color del dinero).
De la mano de su padre (Miguel Torruco, presidente de la Confederación Nacional Turística) y arrastrando un vestido con una cola de diez metros, la prometida recorrió la nave central del templo a los compases de «On Earth as it is in Heaven», de Ennio Morricone (no, no es la música de un «western»), y, después, las más tradicionales notas de la «Marcha nupcial», de Mendelssohn.
«A partir de este momento, todas las personas pasarán a segundo término: hijos, papás. Lo primero será tu esposa». «Elena, tú tienes el privilegio y la dicha de haber heredado la belleza. Eres una mujer hermosa, de alma y espíritu. Tu misión ahora no es sólo seguir brillando, sino ofrecer paz y armonía a esta nueva familia», les recordó el purpurado en la homilía, tras las preceptivas amonestaciones. Al final de la ceremonia la novia ofreció el ramo ante el altar, mientras la cantante Tania Libertad entonaba el «Ave María» de Schubert.
Estricta seguridad
Después llegaría el banquete, que se llevó a cabo en el museo Soumaya Slim, ubicado en uno de los complejos inmobiliarios puestos en marcha por el magnate. Según los medios locales, la seguridad estuvo a cargo de elementos del Ejército y de la Policía Federal, incluidos varios francotiradores, y decenas de «guaruras» privados. Entre los invitados se encontraban, el presidente mexicano, Felipe Calderón, y los ex presidentes de México, Vicente Fox; de EE.UU, Bill Clinton, y de España, Felipe González (amigo personal de Slim). Además, los otros dos «tenores» de la riqueza, Gates y Buffett, los músicos Emilio Estefan y Emmanuel, el ex presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán, el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y un largo etcétera hasta completar dos mil quinientos cubiertos.
