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El último legado sentimental de Miguel Hernández

Una exposición en la Biblioteca Nacional recorre la vida y obra del poeta e incluye dos cuentos inéditos

SUSANA GAVIÑA

A punto de cumplirse cien años del nacimiento de Miguel Hernández —será el próximo 30 de octubre—, la Biblioteca Nacional acoge la exposición «La sombra vencida». Un recorrido por la vida y la obra del poeta alicantino a través de un total de doscientas piezas, entre fotografías, cartas, libros, dibujos, cuadros, enseres, documentos sonoros y visuales, aportados por más de 40 instituciones y por la familia del poeta.

La muestra, que se puede ver hasta el 21 noviembre, incluye dos cuentos inéditos que el autor de «El rayo que no cesa» tradujo del inglés como regalo para su hijo Manuel Miguel, nacido en enero de 1939. Escritos sobre papel higiénico, en los últimos días de 1941, están ilustrados con dibujos del Eusebio Oca, pintor con el que compartió estancia en el Reformatorio de Adultos de Alicante, donde moriría el poeta, como consecuencia de una tuberculosis, el 28 de marzo de 1942. «Más que un valor literario, estos textos tienen un gran valor histórico y sentimental porque fue lo último que escribió», subraya Julio Oca, hijo del pintor, que describe cómo los breves relatos escritos a lápiz están hilvanados de manera rudimentaria. «Detrás de una de estas páginas se pueden ver varios dibujos del propio Miguel Hernández, que trabajaba bien la madera, pero no era buen dibujante», matiza. Al parecer, el poeta tenía la intención de hacer un libro con los cuentos que había traducido, dos ya conocidos —«El potro oscuro» y «El conejito»—, publicados en 1988 bajo el nombre de «Cuentos para Manolillo», a los que se sumarían los dos inéditos hasta ahora —«Un hogar en el árbol» y «La gatita Mancha y el Ovillo Rojo»—. Con estos cuatro cuentos el poeta le regalaba a su hijo «cuatro metáforas sobre la libertad», en palabras del comisario de la exposición, José Carlos Rovira.

Del primer poem a...

Aparte de este documento sentimental, la exposición, organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), es un viaje por la trayectoria vital y literaria del poeta. Desde sus años de infancia y su primer poema —«En cuclillas, ordeño/ una cabrita y un sueño...», un sueño que no era otro que el de la literatura que alcanzó de manera autodidacta—, a sus primeros viajes a Madrid, sus colaboraciones en la prensa —se puede escuchar una grabación que le hizo Alejo Carpentier en París en 1937—, su vinculación con la Escuela de Vallecas, su relación y admiración por Vicente Aleixandre, Juan Ramón Jiménez, María Zambrano, García Lorca o Pablo Neruda, que le animó a asilarse en la embajada de Chile para librarse de la cárcel.

...a la censura en los años 60

También están presentes en la muestra su compromiso con la República, su participación activa en la Guerra Civil, su paso por diferentes cárceles antes de acabar sus últimos días en la de Alicante —se puede ver el inventario de las cosas que le devolvieron a su viuda— y no se olvida del papel que jugó la censura franquista, que continuó silenciando la obra del poeta e impidiendo los homenajes a su figura.

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