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Lorenzo renueva por dos años

Su carrera rodó siempre al borde del alero. Brilló en 250 y subió a MotoGP. Sufrió. En 2006 tenía el despido en el bolsillo y su triunfo en Estoril hundió a Rossi: renovó. En 2009 volvía a temer el paro y encontró sitio en Moto2. Hoy es el rey

T. G. M.

Es una de las personas más queridas de las tres mil almas que ruedan al ritmo del Mundial. El título universal de Moto2 que se dispone a celebrar será una de las alegrías más compartidas de la carpa ambulante de las dos ruedas. Porque nunca perdió la sonrisa aunque estuviera a punto de «cobrar el paro» en 2006 y en 2009. Porque superó una fractura de fémur en 2007 y renació para este deporte. Porque ha tenido que descender a la segunda cilindrada del campeonato para demostrar que su despido de MotoGP, el pasado mes de noviembre, «fue injusto». Con esta claridad se manifestaba ante ABC en una charla sincera, franca. Su simpatía ha sido históricamente la antítesis de los duelos dialécticos entre pilotos. Él nunca mantendría una guerra como las que se declararon Rossi y Biaggi, o Lorenzo y Pedrosa. No va con su carácter. Por eso, su ascenso hacia el éxito es festejado por amigos y antiguos rivales. Toni Elías Justicia (Manresa, 26-3-83) nunca tuvo enemigos. Su vida al borde del abismo merece esta coronación.

El hijo del campeón español de motocross le «robó» el nombre a su padre. Su destino estaba marcado. Papá regentaba una tienda de motos. Su colonia era el olor a gasolina. En 1993, a los seis años, fue tercero en el Campeonato de Cataluña de Minimotos. Y en 1997 debutó en la velocidad. Se apuntó al Open RACC de 50 c.c. Pilotó una Yamaha TZR. Le encantó. Decidió que ese era su futuro.

Un talento sin moto oficial

En 1998, con apenas quince abriles, debutó en el Campeonato de España de 125 a lomos de una Yamaha. Y en 1999, más curtido, enseñó sus posibilidades. Era un piloto genial, técnico, capaz de realizar adelantamientos impresionantes. Quedó tercero en el Nacional. Y debutó en el Mundial. Corrió en Jerez y en Cheste sumó los dos primeros puntos internacionales. Lo tuvo claro. Ese era su mundo.

La edición 2000 significó su entrada por la puerta grande del Mundial. Atacó el campeonato de 125 con Honda. Alberto Puig, el descubridor de Pedrosa, fichó a Toni para el equipo Honda Movistar Júnior en 2001. Dejó claro su talento desde el principio. Celebró su primer podio en la cuarta carrera, Le Mans. A la séptima celebró la primera victoria, nada menos que en la catedral, Assen.

Repitió éxito en Brno. Tercero en la general, Aprilia lo fichó para ascender a la categoría de 250. Su segunda temporada en la cilindrada del cuarto de litro, 2003, presentó al mejor Elías de la historia, solo mejorado por el Toni actual. Ganó cinco carreras. Quedó tercero. Honda lo recuperó en la campaña siguiente. Cuarto en el campeonato, solo consiguió un gran premio. Y tomó la decisión de su vida: ascender en 2005 a MotoGP sin traer un título en el currículum. Eso supuso militar en un equipo satélite, el Fortuna Yamaha. Duodécimo, comenzó a padecer en sus carnes la desventaja de no ser el referente de una escudería oficial.

Nunca fue primer plato

«Nunca he podido ser primer piloto de una fábrica y eso me ha impedido demostrar todo lo que llevo dentro. Me gustaría que una escudería oficial confiara en mí para que pudiera valorarme. Quizá el título de Moto2 pueda darme esa oportunidad, pero no es fácil». Hoy habla con la experiencia que ha soportado durante un quinquenio. Porque en 2006 fichó con Gresini para conducir otra máquina satélite, ahora una Honda, y no pudo enseñar su calidad. En septiembre se presagiaba su despido. Pero no podía permitir que le echaran. Aunque su máquina no daba para más, impuso su clase. Llegó al Gran Premio de Portugal con la soga al cuello. Y se la echó a Rossi. El catalán se adjudicó su única victoria en la cilindrada reina y privó a Valentino de cinco puntos que fueron clave para perder el título. Renovó contrato.

En 2007 sufrió «la lesión más grave de mi vida, la fractura de fémur». Sucedió en Assen. Lo dio todo para volver a ser el mismo. Y tres meses después era podio en Motegi. La campaña 2008 fue otro sendero de sufrimiento, con una Ducati de segundo nivel. Retornó a Honda Gresini en 2009. Séptimo, realizó su mejor temporada al más alto nivel. Pero Gresini no le mantuvo en el equipo 2010.

«Fausto es mi amigo y mi jefe. Los patrocinadores le exigieron dos pilotos italianos —Melandri y Simoncelli— y él me imagino que se vio obligado. Tuve que descender a su propio equipo de Moto2 y no hay mal que por bien no venga. Ahora pienso ganar el título que no conseguí hace años. Estoy demostrando que no merecía ser echado de MotoGP. Y Gresini ha visto que los cronos de Melandri y de Simoncelli no son mejores que los míos». Son peores. Toni responderá a todos con una corona.

Toni Elías

Líder del Campeonato del Mundo de Moto2

Se acabó el morbo. El próximo campeón del Mundo de MotoGP ha cerrado el mercado de futuros. Yamaha anunció ayer la renovación de Jorge Lorenzo por dos temporadas, hasta 2012. Un contrato que define una política de trabajo a largo plazo con el mismo piloto. Una estrategia que también ha aplicado Ducati con Rossi. Una táctica que Honda anticipó con Stoner y Pedrosa.

Las tres grandes marcas del motociclismo han dejado claras sus actuaciones: las cuatro estrellas de la categoría absoluta serán los hombres que desarrollarán sus nuevas máquinas de mil centímetros cúbicos, protagonistas del campeonato 2012. El trío de fábricas han apostado todas su cartas durante un bienio. La guerra está servida.

«Estoy rodeado de buena gente, tengo una fuerte relación con la escudería Yamaha, hay una gran moto y estamos centrados en ganar el campeonato». El mallorquín sentenció en cuatro opiniones las razones de su continuidad con una casa cuyo patrón japonés, Masao Furusawa, prefería a Valentino hasta hace un año. Lin Jarvis, director deportivo, fue decisivo en la apuesta del balear: «Desde que se unió a nosotros hace tres años ha hecho grandes progresos, pasando de la cuarta posición en 2008 al segundo puesto en 2009 y ahora lucha por el título».

Ben Spies será el segundo piloto. Lorenzo encabezará un equipo que no impondrá separaciones, lo contrario que Rossi. «No habrá muro entre Ben y yo», subrayó el español.

Dani Pedrosa, operado

Un muro, pero de «titanio», colocó el doctor Xavier Mir a Dani Pedrosa en la intervención quirúrgica que atajó su fractura de clavícula en cuatro fragmentos. Ocho orificios y tornillos a compresión han solucionado la lesión. El piloto catalán desearía reaparecer el próximo domingo en Malasia, pero es casi imposible. La fecha prevista es el 17 de octubre, en Australia. El accidente acabó con sus opciones de luchar por el título. Lorenzo quiso anunciar su renovación porque hoy puede ser campeón si es segundo en la carrera.

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