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LA VIDA EN SOLFA

HELGA SCHMIDT EN EL CÍRCULO DEL LICEO

EL Círculo del Liceo, presidido por Ignacio García-Nieto, continúa invitando a los peces gordos de la ópera nacional. Si hace unas semanas era Gérard Mortier, director artístico del Teatro Real de Madrid, ayer lo fue Helga Schmidt, intendente del flamante Palau de les Arts de Valencia.

El presidente del Círculo anunció además otras iniciativas que vinculan el Círculo con la sociedad, como la cena con los protagonistas de la «Carmen» que el Liceu está presentando o la serie de comidas con los candidatos a las próximas elecciones catalanas, a las que asistirán Alicia Sánchez Camacho, Artur Mas, Joan Herrera y Albert Rivera (el president Montilla todavía no confirma su asistencia). García-Nieto comentó que el 18 de noviembre, en el Salón de los Espejos, Montserrat Caballé recibirá la Medalla de Oro de la institución en conmemoración de sus 50 años de carrera.

Entrando en materia, Luis López de Lamadrid, presidente de Festclásica, glosó la figura de Helga Schmidt, quien no escatimó elogios para el Liceu, su tradición y su veneración por las voces. Vinculada desde su infancia al mundo de la música, amiga y colaboradora de grandes colosos de la cultura —Berg, Kleiber, Von Karajan y un etc. de oro—, tuvo un recuerdo cariñoso para Caballé, a quien conoció en el Liceu cuando su marido, el bajo-barítono recientemente desaparecido Wladimiro Ganzarolli, compartió escenario con la diva catalana en «Le nozze di Figaro». Después la fichó para cantar «Tosca» en el Covent Garden de Londres, teatro que Schmidt dirigió antes de su aterrizaje en Valencia.

Su admiración por el Liceu y por la Ciudad Condal va muy relacionada con la pasión que siente por la cantera de voces local: «José Carreras fue uno de los primeros cantantes que contraté estando en Londres, lo mismo que Jaime Aragall», apuntó ante una audiencia fascinada por la claridad de sus ideas. «Barcelona vive la cultura y éste es, en el fondo ,un Círculo de melómanos», afirmó. «La música es mi vida y ha marcado mi trayectoria. Me quería jubilar y justo me ofrecieron inaugurar el Palau de les Arts, proyecto que me interesó porque aquí caben todas las artes. Pude formar una orquesta, que es la base de un teatro de ópera», encumbrada ahora como la mejor del país. Cree que «el corazón de una ópera es la música y el canto», lamentándose por la mínima aportación que realiza a su teatro el Ministerio de Cultura. «El presidente de la Generalitat valenciana, Paco Camps, comprendió el proyecto desde el principio», un coliseo al que la crisis le ha arrebatado más de 5 millones de euros.

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